Los funcionarios a cargo del área de seguridad realizaron una cumbre en la Casa Rosada para coordinar el operativo que desplegarán el miércoles en las inmediaciones del Congreso. Evitaron filtrar detalles para que los manifestantes no conozcan las estrategias que se desplegarán, aunque no tendría demasiadas diferencias con el de la semana pasada.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se reunió con el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, y su segundo, Diego Kravetz; en el despacho del principal asesor presidencial, Santiago Caputo, en el primer piso del edificio de Balcarce 50. Más tarde se sumaron el vicejefe de Justicia, Sebastián Amerio, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta.
Lo poco que trascendió es que el operativo de seguridad que se desplegará en las inmediaciones del Congreso será similar al del último miércoles y contará con la participación de 1.000 efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
"No vamos a dar información de la estrategia táctica para combatir la violencia", sostuvieron ante aquellos periodistas que buscaron conocer más detalles de lo abordado en la reunión.
La idea del Poder Ejecutivo es reforzar además los controles en los accesos y en las rutas nacionales que conducen a la Capital Federal para monitorear la asistencia a la manifestación. La Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) estará a cargo de la tarea, lo que explicó la presencia de Mogetta.
Tras una hora de reunión, ninguno de los participantes hizo declaraciones a la prensa acreditada, y abandonaron la sede gubernamental sin dar mayores precisiones.
Días atrás, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguró que "el uso de la fuerza está absolutamente establecido y reglamentado", y anticipó que los manifestantes "serán reprimidos por la fuerza del orden si es que utilizan la violencia para expresarse".
“Si es una marcha como la que han venido haciendo los jubilados durante tiempo, planteando un reclamo que es absolutamente legítimo, no tenemos ningún problema”, sostuvo, y añadió: “Pero si se agregan agentes violentos que lo que pretenden es desestabilizar serán reprimidos por la fuerza del orden si es que utilizan la violencia para expresarse”.
En el Ejecutivo aseguraron que no les da "pudor" hablar de represión, y prometen las mismas recetas que se aplicaron en la movilización que dejó un saldo de 20 heridos y cientos de detenidos.