Es un proyecto de una edil peronista en la Legislatura porteña, que tendría amplio consenso. Beneficiará a víctimas de la violencia estatal durante la dictadura, pero también desde el bombardeo de Plaza de Mayo en tiempos de Perón.

Avanza en la Legislatura porteña un proyecto que propone crear en el cementerio de Chacarita un panteón especial y gratuito para víctimas que hayan sufrido violencia de Estado entre 1955 y 1983. Se denominará “el Panteón de la Memoria, la Verdad y la Justicia” y el proyecto establece que será para personas que hayan permanecido “detenidas-desaparecidas y/o asesinadas por el accionar del Estado en el período que va desde el 16 de junio de 1955 al 10 de diciembre de 1983”, es decir desde el bombardeo a Plaza de Mayo contra el gobierno de Juan Domingo Perón, hasta el retorno de la democracia. También señala que podrán utilizar el panteón “los desaparecidos y asesinados que hayan nacido, vivido o militado” en Capital Federal.

El proyecto -al que accedió #BORDER- es de la legisladora porteña María Rosa Muiños, que el año pasado abandonó el bloque del Frente para la Victoria (junto a dos diputados más de su sector) y creó el Bloque Peronista, más alejado de la ortodoxia kirchnerista.

El punto más controversial de la propuesta se describe en una inscripción que rezaría en el panteón, en caso de aprobarse la ley: “Aquí descansan los restos de aquellos que lucharon por la liberación nacional y la emancipación de nuestro pueblo”, propone la autora.

En su artículo 7 indica además que se eximirá de “los derechos de sepulturas y nichos, traslado, depósito e introducción en el cementerio municipal de La Chacarita, a quienes acrediten ser deudos de las víctimas del genocidio, que hayan nacido, vivido o militado en la Ciudad de Buenos Aires y que se encuentren fehacientemente identificados”.

Y en el artículo siguiente detalla que la Ciudad “cubrirá los gastos que le demande a los deudos el ritual del velorio y despedida de los restos que se identifiquen y restituyan” de los fallecidos que cumplan con las condiciones señaladas más arriba.

La iniciativa ya se trató en la Comisión de Derechos Humanos, Garantías y Antidiscriminación de la Legislatura, pero se decidió que siga en la comisión hasta que no esté listo un informe técnico de rigor, que algunas veces suelen omitir, pero que esta vez el oficialismo de PRO decidió pedir con pelos y señales.

A pesar de la demora, fuentes parlamentarias indicaron a #BORDER que hay acuerdo sobre el proyecto, y que tarde o temprano se terminaría aprobando. Sin embargo, el tema depara polémicas, como definir quiénes fueron víctimas del terrorismo de Estado y quiénes no, y es de esperar que el PRO prefiera abordarlo lejos de las elecciones.

Hasta ahora, según supo #BORDER de fuentes de distintos bloques porteños, la única objeción vino de parte de la izquierda. Autodeterminación y Libertad pidió que se agregara un párrafo en el texto que dejara claro que el uso del panteón sea «voluntario», y que los deudos de los beneficiados tienen libertad de aceptar el beneficio o no.  

Entre sus fundamentos, el proyecto enmarca su objetivo en las políticas tendientes a la reparación y la dignificación de las personas que sufrieron violaciones a los DDHH. Y cita como un antecedente los panteones especiales para víctimas del terrorismo de Estado creados por ordenanzas municipales en las ciudades de La Plata, Santa Fe y Rosario y en los municipios bonaerenses de San Martín, Avellaneda y Lanús.

También en sus fundamentos señala que el tratamiento que se le da a los cuerpos identificados o restituidos responde a un “valor social” que debe ser especialmente resguardado en el caso de las personas asesinadas cuyos cuerpos están desaparecidos.

Finalmente, el proyecto cita una frase de la ex presidenta Cristina Kirchner, y aclara que la dijo cuando se conmemoró el 30º aniversario de la guerra de Malvinas: “Cada madre tiene el derecho inalienable, como Antígona, de Sófocles, viene desde el fondo de la humanidad, del fondo de la historia de enterrar a sus muertos, ponerle una placa y llorar frente a esa placa… Cada hermana, cada viuda, cada padre tiene ese derecho”.