Son momentos. Si uno sigue la cuenta oficial de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, puede encontrar por momentos los textuales de sus discursos; de a ratos fotos protocolares de sus viajes por el mundo o hasta comentarios de propia factoría adonde cuestiona a los medios o dispara contra la oposición.
Por caso, la semana pasado usó el Twitter para criticar a la Justicia por el fallo adverso que impide la expropiación de la Rural y por el Facebook atacó a Darín que a su vez, había puesto en duda el origen de su riqueza durante un reportaje.
Pero, ¿podría mejorar su performance, unificar el criterio de comunicación y lograr que la red incida en su favor en el año electoral que recién comienza? ¿Puede Obamizar su cuenta?
Digo Obamizar porque fue el presidente de Estados Unidos quien entendió antes que nadie de qué manera podía ayudar a llegar a un electorado diferente mediante el buen uso de las redes sociales. El desafío se planteó sobretodo en la interna demócrata de 2007 en las que Obama le ganó a Hillary Clinton. Ella tenía lo que acá llamaríamos el «aparato» de votos de la convención demócrata y fue ahí donde Obama dió el batacazo.
Si sólo jugamos con los votantes regulares, no hay manera de ganarle a Hillary.
Busquemos nuevos votantes! Y fui ahí adonde salió la cacería twittera. Y salió bien.
Este año, la foto del presidente de Estados Unidos abrazado a su esposa Michelle el día de la victoria de la elección presidencial fue el récord de retweets.
Diego Rottman, creador de Periodismo.com lo explica así: “Obama apostó a las redes cuando no lo hacía nadie. Sus primeros objetivos fueron transmitir su mensaje político y recaudar fondos y fuerza militante para su campaña. El resultado fue impresionante. Captó un votante escolarizado y joven, transmitiendo un perfil moderno y creando una ilusión de cercanía. Ese votante sigue informándose tanto por las redes como por las versiones electrónicas de los medios tradicionales”.
Incluso este año en 2012, Obama estuvo muy cerca de perder la elección frente a su rival Mitt Romney que finalmente terminó con la foto más retwiteada del año. EL periodista Michael Hastings lo refleja muy bien en su libro Panic 2012. Allí muestra cómo con estrategias ideadas por su equipo de comunicación logró revertir el fracaso en su primer debate público con Romney e incluso los daños electorales del devastador huracán Sandy.
Miren, por ejemplo, el caso de comunicación virtual (citado por el Site buzzfeed ) que sucedió durante su última campaña. Obama fue a la Universidad de Virginia para tener una charla con los estudiantes pero una vez allí, las autoridades le comunicaron que no era conveniente que de esa charla porque podría “desconcentrar” a los alumnos en su primer día de clase (en realidad, es porque la comisión que manejaba el asunto respondía a los republicanos).
¿Qué hizo? ¿Se fue a la Casa Blanca o empezó a despotricar contra los republicanos por TW? No, no, no. Nada que ver. Ya les cuento.
Obama se fue lo más pancho con su equipo de comunicación a un modesto saloncito de la universidad. La idea se le ocurrió a Teddy Goff, el chico de 27 años que le maneja la comunicación digital.
Le sacaron esta foto y mandaron el Twitter “éste es el Presidente Barak Obama”. Lo acreditaron en Ask Me Anything (preguntá lo que quieras) y se puso a chatear con perfectos desconocidos que ingresan al site que tiene más de dos millones de usuarios regulares.
Además de Obama, allí se pueden encontrar celebrities, profesionales desconocidos y hasta una prostituta.
O sea que lo que quiero decir es que la comunicación digital bien pensada puede lograr cosas relevantes para una comunidad virtual cada vez más activa.
Volviendo a nuestras Pampas, ¿qué debería hacer CFK para Obamizar su Twitter?
¿Cuáles son las diferencias?
Marín Becerra, investigador del Conicet y docente de la UBA y UNQUI analiza “los twits de Obama se corresponden con una estrategia de comunicación del Partido Demócrata en general y de su candidatura y de su presidencia en particular. Obama contribuye y se pone al servicio de la comunicación política de su proyecto”.
“En el caso de CFK la consistencia es, justamente, en sentido inverso: no hay estrategia de comunicación por fuera de su centralidad casi exclusiva como líder del proyecto que conduce”.
Otras
- La cuenta de Obama aclara que está dirigida por su equipo de comunicación digital y que los tweets escritos por el presidente, llevan su firma.
- El TW de CFK no se sabe. La cuenta no especifica quien escribe. Un error publicado la semana pasada reveló primero la información de que los controlantes de la cuenta era la empresa Doggo Creativo, que, a su vez, negó luego tener cualquier vinculación con la cuenta de CFK. En el círculo presidencial dicen que es ella misma quien twittea pero eso es imposible ya que se ven muchos textuales viralizados en el mismo momento en que ella habla.
- Obama tiene más de 25 millones de seguidores y sigue a 667.000, lo que representa el 5 %. Entre los que están casi todos lo miembros de su campaña 2012, congresales y hasta PERIODISTAS!! (Oh my god!!!)
- CFK tiene 1.510.000 seguidores y sigue a 50, es decir al 0,0033 %. No sigue a todo su gabiente pero si a varios de sus ministros, al jefe del bloque de Diputados Agustín Rossi y al de la bancada de senadores oficialistas Miguel Angel Pichetto. También al senador twit star Anibal Fernández.
- Obama twitea sin pelear.
- CFK se euforiza, se victimiza, se envalentona y pega (el gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota le pidió por TW q guarde el látigo).
- Obama es políticamente correcto y la única manera de comunicar situaciones personales es a traves de la publicación de fotos de su vida familiar (una de las últimas es las sombras de Michelle y él con los fuegos artificiales de fondo y el deseo de fin de año).
- Cristina suele viralizar fotos de sus viajes e incluso -según contó Rottman- sus twits más retwiteados son los que aluden al presidente de Venezuela Hugo Chávez.
¿Y cuál sería la ventaja que podría conseguir CFK de tomarse más en serio la comunicación digital?
Podría buscar seducir a millones de usuarios que están en duda con ella: no son los irrescatables que la denostan ni los aplaudidores que la adoran. Y podría, también, generar una nueva relación de mayor horizontalidad con los usuarios al abrir algún canal de chat y sortear la demanda de los periodistas que acusan al gobierno de no aceptar preguntas.
Sobre esto, Rottman agrega que “cuando las redes se transformen en un verdadero canal de conversación entre ciudadanos y políticos se va a cumplir el objetivo de horizontalidad. Las empresas empezaron a entenderlo y algunos políticos usan a TW y Facebook como vía de entrada para recibir propuestas”.
Para Becerra, «en ningún tipo de comunicación la relación es horizontal toda vez que la diferencia de jerarquías, de competencias, de habilidades y de poder, en definitiva, se hacen sentir».
«Esto no significa que las redes sociales no alteren, como creo que efectivamente lo hacen, algunos códigos y jerarquías del mundo analógico. Cada espacio de comunicación se dota de una regulación que por un lado reconoce y reproduce las jerarquías institucionalizadas, pero a su vez es creativo en la producción de nuevas jerarquías. En este sentido, y sólo en este caso, diría que las redes sociales permiten ciertos acercamientos entre ciudadanos y políticos profesionales que son difíciles de registrar en el mundo analógico».
Informe: Esteban del Campo Bagú.