Alcoholismo adolescente: El polémico plan islandés que solucionó el problema

Islandia implementó un exigente plan para combatir las adicciones en los jóvenes que intenta ser replicado en otros país, pero en la Argentina no podría implementarse. Enterate por qué.
Alcoholismo adolescente: El polémico plan islandés que solucionó el problema
Créditos: Alcoholismo adolescente: El polémico plan islandés que solucionó el problema
Por: Agustina Rinaldi

Las adicciones, especialmente el alcoholismo, afectan cada vez más a los adolescentes de todo el mundo. Si bien muchos países pusieron en marcha planes de acción, sus resultados fueron parciales. El único que logró resultados exitosos fue Islandia. Ahora, países europeos y latinoamericanos, como Chile, están intentando poner en práctica las medidas que fueron las responsables de bajar notablemente el consumo de alcohol y otras sustancias adictivas entre los adolescentes del país nórdico. En nuestro país, sin embargo, un plan así enfrentaría severas dificultades.

En 1998, el 47 por ciento de los adolescentes islandeses había consumido alcohol en ese último mes. Hoy, ese porcentaje es inferior al 5 por ciento. ¿Cómo hicieron para reducir notablemente el consumo en sus jóvenes? Estudiaron durante más de una década los hábitos y conductas de los adolescentes de cada rincón del país. Además, crearon el programa Youth in Island –Juventud en Islandia- que hoy se intenta replicar en otros países.

Se trata de un plan de acción con medidas, para algunos muy polémicas, que lograron bajar notablemente el índice de adicción adolescente. De hecho, no dudaron en modificar la legislación para llevarlo a cabo. “Islandia pasó de ser el país que más alcohol consumía al que menos alcohol consume. El plan que implementaron fue un éxito rotundo. A nosotros nos llamó mucho la atención. Decidimos estudiarlo e intentamos implementarlo. No vamos a poder llevarlo a cabo de la misma manera. Islandia es una isla, el modo en el que viven sus habitantes es muy diferente. Están bastante aislados y logran que las personas acaten algunas normas con mucha precisión. Es muy difícil que ocurra eso en nuestro país”, explicó Carlos Fabián Damin,  jefe de Toxicología del Hospital Fernández, coordinador de las políticas de adicciones de la Ciudad de Buenos Aires y director de FundarTox.

¿Cuáles fueron las medidas que llevaron a cabo en Islandia y que no se podrían replicar en la Argentina? En primer lugar, comenzaron a controlar con firmeza que la prohibición de alcohol a menores se cumpliera. Además, se elevó la edad a la que se permite comprar bebidas alcohólicas en el mercado: de 18 a 20 años. Claramente, al principio hubo resistencia, pero eso no impidió que el Gobierno siguiera llevando adelante su plan.

Según la Sedronar, el 60,5 por ciento de los chicos argentinos de entre 12 y 17 años tomó alcohol una vez en su vida. Retrasar la edad de inicio de consumo disminuiría las chances de adicción. La edad en la que los jóvenes tienen el primer contacto con el alcohol y otras drogas ha ido bajando sistemáticamente. Lamentablemente, el alcohol es una de las sustancias más riesgosas porque facilita el acceso a las otras.Se empieza por el alcohol, se sigue con la marihuana y luego se va ramificando. Se puede caer en las drogas sintéticas o en las diferentes formas de cocaína”, sostiene Damin.

En segundo lugar, las autoridades islandesas prohibieron que los niños menores de 12 años circularan solos por la calle después de las 20 y los adolescentes de entre 13 y 16 años, después de las 22. La idea era que los jóvenes pasaran más tiempo en casa, con sus familias, y menos en la calle. Según Damin, esta medida sería imposible de llevar a cabo en nuestro país: “Aquí sería imposible poner una disposición que prohíba la circulación a los menores porque sería declarada inconstitucional. Esta pauta fue una de las más fuertes. Sin dudas, caracterizó el modelo islandés y le trajo muy buenos resultados. Lamentablemente, proponerla aquí sería un escándalo”.

En tercer lugar, el Estado islandés y las escuelas promovieron las actividades extracurriculares. Concientizaron a los padres y les explicaron que los adolescentes que más tiempo pasan en familia tienen menos riesgo de caer en las adicciones. Les recomendaron que, después de sus jornadas laborales, se divirtieran con sus hijos para fortalecer el vínculo. Y que dieran el ejemplo. “Lo que estamos viviendo en la Argentina es la consecuencia de lo que los chicos ven y copian de sus padres. En los hogares se consume cada vez más alcohol, tabaco, psicofármacos y otro tipo de sustancias legales. Entonces, los chicos copian la conducta y la replican con lo que tienen a su alcance. Pueden conseguir con facilidad marihuana, alcohol y drogas sintéticas. Es importante cambiar el modelo que ven en sus casas y hacer que los adultos adopten hábitos más saludables. Necesitamos que los chicos repliquen otro tipo de conductas”, considera Damin.

Otro comportamiento de los padres argentinos que se naturalizó es que, muchos de ellos, permiten que los adolescentes hagan previas con sus amigos en sus casas. ¿En qué consisten? Los jóvenes se juntan antes de ir al boliche a tomar alcohol. La idea es ir a bailar ya habiendo tomando para no gastar tanto dinero adentro del boliche. “Esa actitud es un disparate. Siempre les recuerdo a los padres que en nuestro país se prohíbe la venta y suministro de alcohol a los menores de 18 años. El alcohol produce daños neurológicos de por vida en los adolescentes. El cerebro de los jóvenes no terminó su evolución y es mucho más vulnerable al cuadro de intoxicación. Los padres no pueden facilitar de ninguna manera la previa, ni adentro, ni afuera de casa. Con ningún tipo de bebida, ni de mejor, ni de peor calidad”, destacó Damin.

¿Qué medidas islandesas podrían implementarse en la Argentina más fácilmente? Primero, que los padres estén más presentes en la vida de sus hijos. Especialmente, cuando salen del colegio. En Europa, los adultos suelen finalizar sus jornadas laborales a las cinco de la tarde. Aquí, esto no ocurre. Por eso, deberían hacerse un lugar para realizar diariamente actividades que refuercen el vínculo con sus hijos. En segundo lugar, se debería poner en primer lugar la prevención. “En occidente, del total del dinero que se le dedica a lo que tiene que ver con las sustancias, el 97 por ciento se destina a luchar contra el narcotráfico. Sólo el resto a la prevención y a asistencia de otras adicciones”, comentó Damin y añadió: “Tenemos que comenzar a ser más equitativos en la distribución del presupuesto. No hablo de no luchar contra el narcotráfico, pero tenemos que lograr que parte de ese dinero también se destine a la prevención. La idea es lograr los chicos no consuman las sustancias, aunque tengan la oportunidad de hacerlo”.

Damin, toxicólogo.
Damin, toxicólogo.

Desde el Gobierno de la Ciudad, están trabajando en el Plan Integral de Prevención y Asistencia para evitar que los jóvenes caigan en las adicciones. También, están poniendo en práctica un dispositivo nocturno. Está formado por profesionales –médicos y trabajadoras sociales- que recorren las calles de noche. ¿En dónde? Flores, Constitución y Once. La idea es asistir a los adictos que están en situación de calle. Además, están intentando que desde el Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud se pongan de acuerdo para que los padres estén más pendientes de los adolescentes cuando salen de la escuela. “Si bien estamos haciendo poniendo en práctica diferentes estrategias, debo reconocer que no es suficiente. Los exitosos planes que pusieron en marcha en otros países, aquí no los hemos aplicado. Eso sí, los tenemos en mente”, cerró Damin.

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