Cruces y carpetazos preelectorales: ¿Qué esperar del espionaje argentino durante los próximos meses?

¿Cómo es el mapa del espionaje argentino en la Argentina? ¿Cómo operó la inteligencia ilegal en elecciones anteriores? Exagentes de inteligencia y autoridades encargadas de fiscalizar las tareas de los agentes hablan y abren las puertas de este universo desconocido para muchos.
Por: Francisco Andrés Anselmi @faanselmi

El escándalo D’Alessio abrió la puerta de los inabarcables sótanos del poder en la Argentina, trazó un mapa detallado de carpetazos, operaciones cruzadas y hasta reveló un sistema ilegal de espionaje en la Provincia de Buenos Aires. Mientras la política y la sociedad debaten en la superficie entre Mauricio Macri, Cristina Kirchner o Roberto Lavagna, ¿qué más se puede esperar del submundo de los espías en los meses preelectorales?

Este año va a pasar lo mismo que viene pasando en los últimos 15”, confía Raúl Rosa, un exagente de Inteligencia que trabajó en el organismo entre 1993 y 2007. Llegó a ser director de la división de Casos Especiales hasta que debió renunciar en 2007 luego de que sus jefes lo marginaran al denunciar el caso Southern Winds, cuando detectó el envío de 60 kilos de cocaína a España.

Rosa confesó que desde la llegada de Néstor Kirchner en 2003, a su división le ordenaron confeccionar fichas con datos personales de Roberto Lavagna, Mauricio Macri, el periodista Marcelo Longobardi y hasta de una legisladora que hoy es una estrella de Cambiemos. “Me llamó la atención la obsesión que tenía Kirchner con Elisa Carrió. Los requerimientos sobre ella eran diarios”, asegura.

Pero no todos los hombres que estuvieron cerca de la SIDE piensan lo mismo. Miguel Ángel Toma fue director del organismo entre el 10 de julio de 2002 y el 25 de mayo de 2003, durante el gobierno de Eduardo Duhalde y hasta la asunción de Néstor Kirchner. “No creo que haya nuevos carpetazos, sino que hasta la oficialización de las listas de candidatos se va a profundizar lo que está pasando en Dolores y el intento para voltear la causa de los cuadernos y desprestigiar a Carlos Stornelli”, dice.

Por otro lado, Rosa, que se recibió de abogado tras dejar el organismo de inteligencia, cree que “se viene una etapa de judicialización del espionaje ilegal durante los próximos meses”. El exagente apunta a dos hechos específicos: las versiones varias que intentan ligar a Marcelo D’Alessio con el exagente de la SIDE Fernando Pocino; las denuncias cruzadas entre el exespía y ahora diputado por el Frente para la Victoria Rodolfo Tailhade y la actual segunda de la Agencia Federal de Inteligencia, Silvia Majdalani. Hay que ver hasta dónde los jueces que intervengan van a obrar funcionalmente o van a ir en busca de la verdad”, aclara Rosa.

La investigación del juez de Dolores Alejo Ramos Padilla en torno a una presunta asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal logró unir tanto al oficialismo como a la oposición en un mismo punto: ambos concluyen que en la Provincia de Buenos Aires funcionó una banda delictiva dedicada al espionaje ilegal. La ostensible cuestión es si funcionó o no bajo la anuencia de las autoridades de la AFI, por tanto, del Gobierno nacional.

Para el kirchnerismo ese grupo delictivo funcionó bajo el conocimiento y el permiso del director y la subdirectora de la AFI, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. De acuerdo a la versión taquigráfica de su última visita a la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia el pasado 4 de abril, el diputado nacional Leopoldo Moreau brindó un mapa detallado de cómo podría haber funcionado: “Encargaron esto al comisario Bogoliuk, que armó una estructura de inteligencia paralela, efectivamente después de dejar la Agencia. (…) Creo que la estructura de mandos era D’Alessio, haciendo las investigaciones, informándole a Bogoliuk. Bogoliuk informándole a Pinamonti; Pinamonti pasando esa información a ustedes específicamente a través de otros (…) y que esta información le llegaba (…) al presidente de la Nación, de quien depende este tipo de organismo”.

El mapa de personajes de acuerdo a Moreau es así: Marcelo D’Alessio era un especialista en narcotráfico y presunto abogado que hacía tareas de espionaje paraestatales y respondía a Ricardo Bogoliuk, un comisario exonerado de la Policía Bonaerense que integró la AFI durante siete meses, desde el 4 de mayo de 2017 hasta el 1º de enero de 2018. Bogoliuk a su vez reportaba a Pablo Pinamonti, actual Jefe de Asuntos Internos de la AFI, que supuestamente hacía llegar la información a la primera plana de la inteligencia nacional.

Sin embargo, el senador de la UCR Juan Carlos Marino, presidente de la Comisión Bicameral encargada de fiscalizar las tareas de inteligencia de la Nación, descarta que haya pruebas suficientes para conectar esta banda delictiva con la cúpula del espionaje oficialista. “Ni lo que dijo Ramos Padilla ni lo que dijo Arribas ni Majdalani permiten pensar que la AFI esté involucrada en esto”, aseguró.

Sin embargo, fuentes de inteligencia y diputados tanto de la oposición como del oficialismo se encargan de señalar que el hombre clave para que podría desentrañar el origen de la banda ilegal es Pablo Pinamonti, actual Jefe de Asuntos Internos de la AFI. “Tienen miedo porque es la persona que podría llevar hasta Gustavo Arribas y Silvia Majdalani”, dice una fuente de inteligencia que pide resguardo de su identidad. Podría ser el nexo que lleve hacia alguna certeza en lo que se convirtió el escándalo D’Alessio.

O no. Como todo lo que pasa en el mundo del espionaje argentino.

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