Aunque la mayor parte de las autoridades de todo el planeta procuran no generar pánico entre la población, el virus parece no tener freno y cada vez más países estudian posibles contagios puertas adentro. La Organización Mundial de la Salud ya alertó que todos los países deben estar preparados para enfrentar un caso de coronavirus al tiempo que comunicó que hay un real peligro de que este brote se convierta en una pandemia, algo que no sucede desde 2009 cuando la OMS lo declaró en la recordada Gripe A.
Pero mientras las autoridades buscan determinar un protocolo a seguir y los principales bioquímicos y farmacéuticos de todo el mundo buscan una posible vacuna para enfrentar el brote, una gran cantidad de especialistas y miembros de distintas organizaciones de la salud pusieron el ojo en el posible desabastecimiento de una gran cantidad de medicamentos. No estamos hablando de barbijos –que vio aumentar su demanda y su precio considerablemente en todo el mundo-, sino de medicamentos básicos que en su mayoría se terminan de elaborar en Europa.
¿Cómo puede ser que el coronavirus también tenga un impacto en los medicamentos de todo el planeta? Sucede que tanto China como la India fabrican casi el 80% de los componentes medicinales y sus derivados que son importados a los principales laboratorios a nivel mundial para, finalmente allí, terminar de ser producidos y redistribuidos. Es un sistema que los propios laboratorios comenzaron a usar años atrás para abaratar costos: terciarizan la primera parte de la cadena de producción para luego unir los componentes y obtener el producto final.
«El corte de suministros de principios activos; la suspención del comercio con China y hasta una posible crisis bancaria en el gigante asiático son las consecuencias de mayor escala que hasta ahora se pueden observar que traerá a futuro el coronavirus», opinó en diálogo con Border el doctor en Economía y director del Programa de Investigción Aplicada e investigador del Conicet, Martín Grandes.
Como hasta el momento no se conoció una vacuna o un medicamento que pueda enfrentar al brote del coronavirus, el problema no reside en el aumento de la demanda sino en la falta de producción. China tuvo que paralizar miles y miles de empleados en cientos de fábricas dentro de la inmensa potencia asiática para evitar que el virus se siga propagando. Es así que más de 10 millones de personas quedaron aisladas y otras miles no pueden moverse libremente por todas las ciudades. Lógicamente el freno de las fábricas provocó una disminución en la producción que se tradujo en una considerable merma de las exportaciones.
La propia Administración de Alimentos y Medicamentos (AAM) de los Estados Unidos ya alertó que está preparada para un posible desabastecimiento de medicamentos a causa de la baja en la producción en el gigante chino. Al tiempo que también decidió enviar expertos a gran parte de las plantas de medicamentos de China para ratificar cuáles de ellas son seguras para realizar exportaciones y cuáles tienen –al menos- un mínimo peligro de contagio.
“Somos realmente conscientes que el freno en la producción de China impactará en la distribución mundial de medicamentos y que deberá haber un cambio para estar alerta en activar alternativas ante un posible desabastecimiento”, explicó Stephen Hahn, titular de la AAM. A él se le sumó la voz de la encargada de asuntos médicos de la Unión Europea, Stella Kyriakides, quien la semana pasada enfatizó que la comunidad europea “sigue muy de cerca el desarrollo del comercio farmacéutico”, al tiempo que admitió que también están preparados para un posible desabastecimiento.
Europa es, justamente, uno de los continentes que más se ha mostrado en alerta en los últimos días. La muerte de 12 personas en Italia y la confirmación de que hay más de 400 contagiados en aquel territorio generó estupor entre sus vecinos, que cerraron fronteras y aumentaron los controles sanitarios. El coronavirus es el principal tema de discusión en cada uno de los noticieros y el miedo a la propagación ya se empieza a sentir en las casas, cuando en cada comida el brote se transforma en el tema de conversación por toda la información que se conoce minuto a minuto.
La dependencia con China en la producción de medicamentos ya se sintió en España el año pasado, cuando por problemas de elaboración en el gigante asiático, las farmacias españolas sufrieron casi un 60% de desabastecimiento en muchos de sus medicamentos durante varias semanas. Para evitar este problema, por ejemplo, el Reino Unido le solicitó a sus principales distribuidoras que no disminuyan el envío.
En total el coronavirus ya dejó, al menos, 2.715 muertes y más de 80 mil personas infectadas en todo el mundo. China, Irán, Japón, Corea del Sur, Tailandia, Singapur, Italia, Bahrein y Kuwait fueron los países donde se produjeron los fallecimientos. La OMS advirtió que todos los países deben estar preparados para recibir un posible caso del brote y alertó que es posible que declare una pandemia. En la escala de la máxima organización a nivel mundial sobre temas médicos, una pandemia significa “la propagación mundial” de una nueva enfermedad.
Más allá de cómo evolucione el virus y las formas que los científicos tengan de enfrentarlo, restará saber cuáles son las medidas que tomen no sólo China sino las grandes potencias a nivel mundial para evitar que el brote empeore con desabastecimiento de medicamentos a nivel general y reducción de la economía global, una amenaza muy latente por el desarrollo del coronavirus.