El pasado marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo mención a los recientes estudios científicos que sugerían una reconsideración de la evidencia registrada en torno a la transmisión aérea del coronavirus, tras afirmar que aquellos no serían del todo concluyentes. Esto tiene repercusiones directas en la distancia social entre las personas para contagiarse.
Varias de las novedosas investigaciones que fueron apareciendo desde febrero de 2020, plantean que las microgotas respiratorias (5 a 10 micrones de tamaño) podrían comenzar a tener un papel crucial en la transmisión del virus Sars-Cov2.
Estas microgotas, debido a su pequeño tamaño, permanecen suspendidas en el aire durante mucho más tiempo. La misma OMS le atribuyó esta forma de transmisión exclusivamente a los procedimientos llevados a cabo en el ámbito hospitalario (intubación endotraqueal, broncoscopía, broncoaspiración, o a la transmisión viral), donde se requiere una distancia menor a 1 metro.
Hasta hace algunos días, la OMS definía como absolutamente segura la distancia social de 1.5-2 metros.
La novedad
Esta semana, a través del New York Times, se dio a conocer un comunicado firmado por 239 científicos del mundo, en el que exhortan a la OMS a rever la evidencia científica sobre la transmisión del coronavirus por vía aérea. Borderperiodismo pudo acceder al documento y al listado de los 239 expertos que firmaron el comunicado, que fue impulsado por Linsey Marr, Ingeniera especializada en medioambiente que se ha dedicado a ahondar sobre este tema durante casi una década en el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, E.E.U.U. (Virginia Tech).
Según explicó la misma Marr, los registros y datos que la OMS tienen en la actualidad, y los detalles vinculados a la transmisión aérea de los virus respiratorios, datan de 1930s o 1940s, tiempos en los que no se disponía de tecnología avanzada para realizar este tipo de estudios.
Lo que afirma Marr es que, si bien el distanciamiento social es el método óptimo para disminuir la transmisión aérea del coronavirus, la distancia recomendada podría estar condicionada a distintos factores; principalmente, a la ventilación del ambiente.
Los ambientes cerrados o superpoblados, que poseen sistemas de ventilación que trabajan sin intercambio de aire ni filtros apropiados, podrían provocar que las microgotas que se emiten al hablar, gritar, cantar, y que contienen partículas virales, permanezcan suspendidas en el ambiente durante horas. Esto podría favorecer la propagación del virus, aún manteniendo el distanciamiento recomendado.
Linsey Marr también destacó la importancia de la comunicación de los espacios pequeños o muy poblados con el aire exterior. Incluso, mencionó la baja probabilidad de contagio que existe al aire libre, aún con una distancia mínima.
La respuesta de la OMS
Si bien desde la OMS la Dra. Benedetta Alegranzzi se mostró poco convencida respecto de cuan concluyentes serían los estudios, esta misma semana ratificó en conferencia de prensa (junto a otros miembros de la organización) que se revisará toda evidencia presentada, incluyendo lo establecido en el comunicado, para encontrar un punto de acuerdo científico que contribuya a frenar la propagación de esta cepa de Coronavirus, que parece no darse por vencido en muchas de las comunidades más grandes del mundo.
Conclusiones
Queda mucho por explorar, y la Organización Mundial de la Salud ha tenido varias idas y vueltas comunicacionales en torno a la evidencia científica y epidemiológica. Está más que claro que hay un factor aún no detectado, que logra poner en tela de juicio los datos disponibles con respecto a la transmisión aérea del Coronavirus. Esto se advierte en la alta tasa de contagios que existe dentro del personal de salud, donde se supone que se toman todas las medidas recomendadas de manera adecuada.
Hasta la aparición de una vacuna eficiente, tendremos que acostumbrarnos a las inminentes fluctuaciones experimentales que irán presentándose a lo largo de estos meses, lo cual podría impactar directamente sobre el paradigma de la transmisión aérea de todos los virus respiratorios, no solamente de este.
Martín Carrizo Médico Legista MN 123.838