El 10 de abril de 2007, Melisa Noelia Casco fue atacada por un oso hormiguero en el Zoológico de Florencio Varela, donde trabajaba como cuidadora. Tenía 19 años.
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Dos días después, Casco falleció en el Hospital Evita Pueblo, producto de las graves lesiones que sufrió por la agresión del animal.
Cecilia Diminich, excuidadora del mismo oso hormiguero, dijo en declaraciones a los medios que el animal «era agresivo, era malo, y eso lo sabían las autoridades (del zoológico). Faltaron medidas de seguridad. Lo que pasó era cien por ciento evitable«.
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Ahora, el fallo firmado por los jueces Juan Orsini, Julio César Elorriaga y Carlos Núñez, dictaminó que el exdueño del zoológico, Claudio Alejandro Quagliata, deberá pagarle 101 millones de pesos a la familia de la joven.
Quagliata había sido absuelto en 2016, meses después de haber sido condenado a tres años de prisión por «homicidio culposo», y siete años de inhabilitación para comerciar en la actividad zoo.
La causa fue llevada adelante por Eduardo Alberto Casco (66) y Marta Susana Lago (65), padres de Melisa, que fueron representados legalmente por los abogados Fernando Burlando y Alberto Couyoupetrou. Su hipótesis, hoy confirmada, es que los responsables del establecimiento actuaron con negligencia. Desde la muerte de su hija, Casco sufre depresión reactiva crónica.