Asunción de Biden: ¿cuáles son los grupos que tomaron el Capitolio y llevan la alerta de seguridad al máximo nivel?

Estados Unidos se prepara para una histórica asunción de Joe Biden como presidente. No sólo será por los protocolos impuestos por la pandemia, sino por el impresionante operativo de seguridad que desde hace días se despliega en las calles de Washington. La alerta está al máximo nivel tras la toma al Capitolio. Quiénes son los miembros de los grupos de ultraderecha y conservadores que amenazan la estabilidad democrática. Los lazos con Trump y los movimientos que despiertan las alarmas
Asunción de Biden: ¿cuáles son los grupos que tomaron el Capitolio y llevan la alerta de seguridad al máximo nivel?
Créditos: Asunción de Biden: ¿cuáles son los grupos que tomaron el Capitolio y llevan la alerta de seguridad al máximo nivel?
Por: Tomás Rodríguez Aralla

El pasado 6 de enero un grupo de manifestantes irrumpió en el Capitolio de Washington D.C para frenar el recuento de votos del Colegio Electoral estadounidense que certificaba Joe Biden como ganador de las elecciones. Aunque quizás se puede llegar a pensar que sólo fueron simpatizantes de Donald Trump que rechazaban los resultados de las elecciones, los grupos que protagonizaron las protestas y la invasión al Congreso eran en su mayoría de ultraderecha, conservadores y fervientes creyentes de teorías conspirativas. Son los mismos grupos que por estas horas despiertan las alarmas de todo el sistema de seguridad norteamericano, que obligó a las autoridades a prácticamente blindar la capital para la asunción de Biden.

Ahora bien, ¿quiénes son los miembros de este grupo y cómo se originaron? Por un lado, la figura más icónica de las protestas fue la de Jake Angeli, el manifestante que ingresó con la cara pintada y vestido con pieles y cuernos de Bisonte, cuya foto recorrió el mundo en pocos segundos. Se trata de un activista de extrema derecha -y actor frustrado- que simpatiza con las ideologías de Donald Trump. Además, es conocido como «Qanon Shaman», debido a que forma parte del grupo ultraderechista y conspirativo «QAnon», que afirma, entre otras cosas, que existe una suerte de ‘Deep state’ (‘Estado clandestino’) en el que miles de políticos y celebridades de todo el mundo trabajan en conjunto para promover una red de tráfico sexual infantil. Además, son partidarios de la idea de que este ‘Estado profundo’ busca aniquilar y sacar del camino a Trump, quien, según la mismas teoría, sería el salvador. Distintos medios se han referido a esta corriente como una rama del ‘Pizzagate’.

El origen de este grupo merece un párrafo aparte. Su nombre, ‘QAnon’, es una abreviación de Q-Anónimo. Su comienzo data del 2017 en ‘4chan’, un foro de libre publicación de manera anónima. En octubre de ese año, un supuesto usuario estadounidense que usaba el nombre ‘Q’ aseguraba tener acceso a información clasificada sobre el gobierno de Donald Trump. La ‘Autorización Q’ es un permiso de seguridad del Departamento de Energía de los Estados Unidos que otorga a quien lo posee la libertad de acceder a información secreta y restringida sobre distintas cuestiones gubernamentales. Es por eso que, en base a la difusión de este tipo de ideas por parte de ‘Q’, se creó ‘QAnon’.

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Un dato destacable es que este movimiento tiene sus representantes en el Partido Republicano: Marjorie Taylor Greene y Lauren Boebert, miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos por el distrito de Georgia y por el distrito de Colorado respectivamente, y Jo Rae Perkins, quien aspira a conseguir un lugar en el Senado para el 2022, ya que no lo logró este año. Las 3 políticas apoyaron públicamente estas teorías conspirativas.

Aunque esta agrupación fue la más significativa, no fue la única que participó de los disturbios. Por un lado, distintos medios estadounidenses pudieron identificar las insignias de los Proud Boys en la ropa de algunos manifestantes. Se trata de una agrupación nacionalista de ultraderecha fuertemente vinculada al supremacismo blanco, aunque sus líderes dicen no comulgar esas ideas. Entre otras cosas, se proclaman a favor de que exista el mínimo gobierno posible, creen que poseer armas tiene que ser un derecho de los ciudadanos y están en contra del feminismo. Incluso reivindican la figura del dictador chileno Augusto Pinochet, utilizando remeras que exclaman: “Pinochet did nothing wrong” (“Pinochet no hizo nada malo”). Su líder, Enrique Tarrio, es un empresario estadounidense que creció en Pequeña Havana, Miami, y que lidera la organización ‘Latinos for Trump’, con sede en Florida.

Por último, también se pudieron ver equipos o símbolos emblemáticos de los OathKeepers, los Three Percenters y los Boogaloo Boys, tres grupos paramilitares de ultraderecha que son conocidos por manifestarse a favor de Donald Trump. Además, creen que en las elecciones presidenciales de ese país hubo fraude y no reconocen a Joe Biden como presidente legítimo. En muchísimas de las concentraciones en las que participan suelen tener problemas con la policía por uso indebido de armas de fuego o por excesivo uso de la fuerza.

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Indicios de lo que iba a suceder

Con respecto a los altercados del 6 de enero, hay quienes dicen que se podrían haber evitado. Según distintos expertos, había claros indicios de que todo se iba a desmadrar tarde o temprano. Alex Jones, un presentador de radio y teórico conspirativo norteamericano, afirma que él mismo alquiló el espacio utilizado para el mitin pro-Trump en el parque “The Ellipse” y que desde la Casa Blanca le pidieron que guiara a la multitud hacia el Capitolio, ubicado a unas pocas cuadras de ahí. En ese mismo encuentro, Trump les habló directamente a sus seguidores, pidiéndoles que “luchen como en el infierno” y declarando que iban a “intentar darles a los republicanos el orgullo y audacia que necesitan para recuperar” a Estados Unidos.

También distintas organizaciones dedicadas a recabar información de internet sobre atentados y a controlar y supervisar qué es lo que se escribe en los distintos foros y blogs, como por ejemplo Advance Democracy, Inc., encontraron publicaciones de cuentas relacionadas a QAnon haciendo referencia a los eventos ocurridos el 6 de enero en los 6 días previos a los disturbios, en los que alentaban a los lectores a revelarse de manera violenta.

En el mismo sentido, un consultor político inglés llamado Arieh Kolver publicó un hilo en Twitter el día 21 de diciembre del año pasado en el que, increíblemente, vaticinó los hechos ocurridos, incluidas las muertes, en base a información obtenida de redes y foros. “Para ser claros, no creo que los Three Percenters, Proud Boys, Oathkeepers o Boogaloo Types vayan a apoderarse del Capitolio. Pero algunos van a tratar. Y hay gente que va a morir”, reza uno de los tuits que más repercusión tuvo.

Trump y los incidentes

Acostumbrado a publicar tuits que dan que hablar, en esta ocasión el mandatario no se quedó atrás. En los días previos a los disturbios, tuiteó alentando a sus seguidores a moverse hacia el Capitolio para que expresaran su descontento: “Es estadísticamente imposible haber perdido las elecciones. Se viene una gran protesta en D.C. el 6 de enero. ¡Estén ahí, va a ser salvaje!”, escribió. Esto no hizo más que envalentonar a los simpatizantes extremistas, ya que el tuit se republicó por distintos foros y muchos lo tomaron como esa llamada a movilizarse que estaban esperando.

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A raíz de lo sucedido, Trump se enfrenta a lo que podría llegar a ser el segundo juicio político de su mandato. Ya aprobaron el impeachment en la Cámara de Representantes y ahora resta que se vote en el Senado, que actualmente se encuentra en receso y no está previsto que vuelva hasta el 19 de enero. De aprobarse, el presidente saliente quedaría inhabilitado para ejercer cargos públicos de por vida.

De cara a los actos por la asunción de Joe Biden programados para el 20 de enero, las autoridades de Washington ya desplegaron 25 mil soldados de la Guardia Nacional por toda la ciudad y planean llevar a cabo un importante operativo de seguridad en los 50 estados, ya que se espera la presencia de manifestantes armados, mayoritariamente pertenecientes a los grupos de ultraderecha previamente mencionados. Trump ya avisó que abandonará la ciudad antes de la asunción y que no planea estar presente en la ceremonia de traspaso de mando, rompiendo así con una longeva tradición estadounidense. La política norteamericana pasa por sus días más tumultuosos.

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