El presidente Alberto Fernández lo anunció con bombos y platillos el año pasado. Argentina participaría de la fabricación de una vacuna. Pero pese al prometedor comienzo, las expectativas bajaron por el retraso en su distribución. El principio activo de la vacuna de Oxford-AstraZeneca fabricado por el laboratorio propiedad de Hugo Sigman, mAbxience, fue enviado a México para que sea fraccionado y envasado a mediados de enero. En ese momento se estimaba que las dosis llegarían a nuestro país a fines de marzo. Sin embargo, eso todavía no ha ocurrido como tampoco hay certezas sobre su fecha de arribo.
Argentina despachó al país azteca la materia prima necesaria para envasar más de 40 millones de vacunas, la producción correspondiente a marzo. La planta de producción ubicada en la localidad bonaerense de Garín tiene acordado con la farmacéutica británica producir el principio activo para fabricar más de 250 millones de dosis con la intención de que se distribuyan por América Latina. De esa cantidad, 22,5 millones corresponden a nuestro país.
El retraso en la producción
El problema ocurrió una vez que el cargamento llegó a México. Allí, la farmacéutica Liomont debía encargarse del fraccionamiento y envasado pero la escasez de un insumo fundamental para el proceso retraso los planes: El laboratorio no contaba con los frascos y tapitas necesarias para satisfacer la producción.
Esto se debe a que estos insumos médicos eran adquiridos a Estados Unidos y durante el último periodo del gobierno de Donald Trump se sancionó una ley que restringía la venta de productos sanitarios estratégicos. Por esta razón, el cargamento con las futuras vacunas debió ser enviado a EE.UU. para ser envasado.
Sin embargo, los frenos burocráticos en el país norteamericano evitan que las vacunas puedan partir a su destino. Por esta razón, el martes 13 de abril la Cancillería argentina solicitó formalmente a la administración de Joe Biden que destrabe las dosis varadas.
“Pedimos oficialmente que nos envíen vacunas que están stockeadas en su país”, publicó el canciller Felipe Solá en Twitter el pasado 13 de abril sobre el acto diplomático. Sin embargo, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores reconocieron a #BORDER que “aún no hay novedades sobre el arribo” de las dosis coproducidas en Argentina.
Envasar las vacunas de AstraZeneca en el país
Ante estas demoras en la provisión de los inmunizantes de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford, desde diferentes sectores plantearon la posibilidad de suspender el envío de la materia prima fabricada por el laboratorio del grupo Insud y que comience a fraccionarse en territorio nacional. Ese fue el caso de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa).
En un comunicado oficial, el sindicato aseguró que “Argentina cuenta con dos plantas públicas con capacidad de envasar productos biológicos”: El Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto Biológico Tomás Perón de La Plata. También agregaron que existen otros tres establecimientos privados capaces de cumplir la misma función aunque sus nombres no trascendieron.
En este sentido, el secretario general de Fesprosa, Jorge Yabkowski, aseguró a #BORDER que en un “proceso de adaptación, apoyo tecnológico y financiero, además de los permisos necesarios, los laboratorios podrían empezar a envasar”. Sin embargo, para el sindicalista, el gobierno “no quiere desarrollar la tecnología necesaria para palear la situación” debido a que hay “razones geopolíticas e intereses empresariales no expresados”.
“Nosotros interpretamos que hay un complejo juego de intereses entre (Hugo) Sigman, (Carlos) Slim, el Estado mexicano, el Estado argentino y AstraZeneca que el gobierno (de Alberto Fernández) no quiere tocar ni desarmar”, denunció a este medio el jefe de Fesprosa.
Las dificultades para hacerlo
Desde este medio se contactaron miembros del laboratorio ubicado en Garín para obtener respuestas ante las denuncias que realizaron desde la agrupación sindical. Sin embargo, desde la farmacéutica se negaron a hablar sobre el tema debido a que lo impide “el contrato con mAbxience”.
Poco después sería el propio Hugo Sigman quien se encargaría de responder en redes sociales algunos de los cuestionamientos realizados durante las últimas semanas: “mAbxience no es la propietaria de la vacuna, ni la encargada de venderla, cobrarla, ni de firmar los contratos con los gobiernos o establecer las fechas de entrega”, aseguró el director general del grupo Insud en un comunicado que realizó a través de su cuenta de Twitter.
Desde el laboratorio, explicó Sigman, no poseen la “potestad o influencia para decidir en qué país se realiza la formulación del principio activo producido en Argentina y el llenado de los viales”. Por último, se refirió a la posibilidad de fraccionar y envasar la vacuna de AstraZeneca en el país.
De acuerdo al jefe mAbxiencie, cada tipo de vacuna requiere una serie de equipos e insumos específicos que, por la alta demanda global, “hoy resultan imposibles de conseguir rápidamente”. En ese sentido, agregó que “sería necesario capacitar al personal científico y técnico para esta fabricación en particular”: “Hasta donde tengo conocimiento, ninguna planta activa hoy en Argentina puede realizar esta tarea de manera inmediata”, concluyó.
De manera similar se expresó el director del Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba, Gabriel Tavella, quien aseguró a #BORDER que “el laboratorio nunca fue consultado sobre la factibilidad técnica” del fraccionamiento y envasado de las vacunas de AstraZenca en la planta propiedad de la facultad.
“No es un problema de capacidad, es un hecho técnico” explicó Tavella sobre la propuesta y agregó que “solamente estudiar si es posible demandaría meses”. En este sentido, explicó que incluso si fuera posible, no sería rápido: “En un tiempo prudencialmente corto no estamos en condición de hacerlo”, concluyó.
El caso de Sputnik V y el laboratorio Richmond
La empresa Laboratorios Richmond anunció el martes 20 de abril que produjo un primer lote de 21.000 dosis de la vacuna Sputnik V. Esta primera tanda será enviada al Centro Gamaleya para que realice el control de calidad, de acuerdo a lo anunciado por el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y la compañía. De este manera, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina es fabricar la vacuna desarrollada en Rusia.
En caso de que las autoridades del gobierno de Vladimir Putin den el visto bueno a las inyecciones fabricadas en Argentina, la planta de producción será capaz de comenzar a envasar el principio activo proveniente de Rusia en junio de este año.
“En mayo vamos recibir el principio activo desde Rusia, que nos posibilitará iniciar la producción local de la vacuna con 1 millón de dosis mensuales. Y esperamos que a fin de junio podamos llegar a 5 millones mensuales”, explicó en una entrevista radiofónica el presidente de Laboratorios Richmond, Marcelo Figueiras.
Sin embargo, todavía se deberán esperar 14 meses aproximadamente para que la producción completa sea realice en suelo argentino debido a que para eso se requiere previamente la instalación de una segunda planta de producción en la localidad bonaerense de Pilar.
En caso de que esto suceda, lo que en esta primera etapa hará Richmond para el Instituto Gamaleya es similar a la parte de la producción de la que hoy debe encargarse el laboratorio mexicano Liomont, a partir de la recepción del principio activo que produce en Argentina para AstraZeneca el laboratorio MabXience.
El mes de febrero se había confirmado que la farmacéutica propiedad de Figueiras había firmado un acuerdo de entendimiento con el RDIF para producir las dosis en el país pero poca información se conocía respecto al estado del proyecto hasta el anuncio del martes.