La Provincia de Buenos Aires es el distrito que define una elección nacional. Mientras la Ciudad de Buenos Aires incide enormemente en el humor social, es la gran provincia (poquito más chica que Italia, para entender sus dimensiones) el territorio a conquistar.
De las tres fuerzas que se disputarán la Presidencia en 2015, dos pican en punta: la versión light del Frente para la Victoria de Daniel Scioli y la renovación de Sergio Massa ostentan el dominio territorial. No nos olvidemos que DOS fue reelecto con el 56% de los votos, una cifra contundente. Mientras que Massa fue el ganador en las legislativas de 2013 y tiene a decenas de intendentes en la provincia y en el interior del país de su lado. Los sciolistas insisten con que tras las huelgas, apagones y crisis de principios de este año, el gobernador va camino a superar la imagen del ex jefe de gabinete. Lo cierto es que de momento, Massa sigue superando a Scioli en intención de votos y el gobernador tiene el desafío de surfear la gestión mientras que el ex intendente debe sostener el timón de las discusiones públicas para no perderse en la letanía del Congreso.
Por eso, aunque ambos lo nieguen, evalúan jugar con sus compañeras: Karina Rabolini y Malena Massa están siendo medidas por los asesores de los candidatos. Karina siempre logró sostener su imagen -impecable y glamorosa- de apoyo férreo a su esposo, su actividad solidaria con la Fundación Banco Provincia y capacidad de captar la atención de los referentes del peronismo, sea cual sea la provincia que visite.
Malena -informal y fresca, despojada de maquillaje y tintura- se caracterizó por lo mismo pero con un estilo opuesto. Digo, defiende a capa y espada a Su esposo pero su incorrección política le ha jugado en contra cuando increpó a Scioli en un estudio de televisión de América en medio de la campaña y del asalto que había sufrido en su casa de Tigre.
Ella trabaja en la Municipalidad de Tigre en las áreas de salud, educación y género y con su 39 años recién cumplidos podría encarara un perfil de política moderna aún siendo fiel a su estilo poco edulcorado.
En tercer lugar, pero lejos, aparece el FAU, que tiene unos cuantos problemas a resolver, empezando por su candidato presidencial. Pero fue Elisa Carrió quien pateó el tablero y se postuló para la Provincia, con su habitual desparpajo. Ojo, no es una mala opción, visto su altísimo nivel de conocimiento a nivel electoral. Sería una salida posible para una fuerza que mide poco y nada en Buenos Aires y que, como todos, necesita aprobar el examen bonaerense para ser considerada seriamente. Sólo resta saber si en una alianza con el radicalismo y el Pro o en una de la centroizquierda de Pino y Binner.
María Eugenia Vidal y Gabriela Michetti, las caras del PRO que se muestran más allá de la General Paz. Pero Michetti es número puesto para la Ciudad, y María Eugenia, está remando una provincia con poco apoyo de los popes del Pro. Una mujer joven de Morón, referente de un partido que tiene su fuerza y su debilidad en la CABA necesita apoyo más firme del partido para avanzar en el difícil territorio bonaerense. Allí donde la última elección le jugó una mala pasada a la sólida Margarita Stolbizer.
Porque pareciera que en política, como en el ajedrez, todavía hoy entre las damas que recorren el tablero el poder de fuego, lo sigue ostentando la compañera del Rey.