Facundo Moyano (FM) tiene 27 años, es hijo del titular de la CGT, aunque durante la mayor parte de su vida a Hugo lo veía cada tres meses cuando pasaba a visitarlos a la casa de su mamá «lleno de regalos, como Papá Noel», en Mar del Plata.

Por eso, dice que no creció ni se formó siendo el «hijo de» nadie poderoso sino sólo de su madre: Elvira de los Angeles Cortés, una laburante de la Obra Social de Camioneros y una brava militante de Guardia de Hierro que crió a Facundo y a su hermano mayor, Hugo, prácticamente sola mientras Moyano padre vivía en Buenos Aires con otra familia.

Pese a eso, la relación era cordial y los chicos esperaban siempre que el papá caiga a verlos.

Mientras, lo miraban por la tele. «Tengo todavía guardados todos los videos de las movilizaciones y las marchas que hacía mi viejo. Las grabábamos y las veíamos una y otra vez», cuenta Facundo.

Capaz para tener al padre más cerca.

Facundo estudió y dejó la carrera de abogacía y Hugo (h) se recibió en la Universidad de Mar del Plata y tiene un estudio jurídico  tambien especializado en laboral.

Algunos lo tildan de superficial porque trascendieron unas fotos de sus vacaciones en Cuba con su novia, que es azafata y realmente hermosa. Ella las colgó de su perfil en Facebook y de ahí derecho a la tapa de Noticias.

También se ganó el mote porque es un obsesivo con el cuidado de su cuerpo. Entrena todos los días, es musculoso y le gusta empilchar bien. Tiene una dieta en la que sólo como proteínas y siempre anda, como dirían en el barrio, pipí cucú.

Es más, salió elegido por la revista el Parlamentario como Mister diputado 2011, porque, dicen es el preferido de las mujeres. Jajajajaj.

FM es el secretario general de los Trabajadores del Gremio de Peajes y Afines, diputado del FPV y a partir del 12 de agosto será presidente del Club Alvarado de Mar del Plata porque la suya, es la única lista que se presenta.

Nada mal, para los 27.

Supo tener una fuerte relación con Máximo Kirchner y la última visita al Calafate en noviembre pasado pasaron una tarde entera en su casa.

Ya quedaron lejanos los tiempos aquellos, porque desde que participó del acto que su papá encabezó en Ferro, en el bloque no lo saludan más. Intentó reestablecer contactos pero no lo logró.

Ahora planea hace juego propio y sentar posición, caso por caso, según lo que se vote.

Dice que va a hacer ni más ni menos que lo que hacía la presidenta cuando fue senadora y diputada. «Si había una ley que era en contra de los trabajadores, ella no la votaba como cuando se trató la Ley Erman González», o ley de flexibilización laboral, que fue el principio de la debacle argentina.

Por caso, cuenta un testigo indiscreto que cuando Facundo Moyano se negó a votar la ley antiterrorismo, una diputada del FPV que es totalmente orgánica en sus decisiones de la Rosada le respondió: ¿sabés que pasa Facundo, a mí tampoco me gusta esta ley, pero la voy a votar porque no soy como vos. Yo no tengo ni estructura, ni plata».

De momento, prepara su camino ni tan lejos ni tan cerca de su padre, ni tan lejos ni tan cerca del FPV.

Del bloque oficialista no piensa irse y lo que está pensando lo va a revelar en el  discurso que prepara dar en el acto del 23 de agosto en el que se va a conmemorar la muerte de Felipe Vallese, que fue un líder sindical y militante de la JP que fue uno de los primeros desaparecidos de la Argentina.

Quiere sentar allí su posición política, que está muy a tono de estos tiempos de polarización extrema. No es hiper k ni opositor. Es moyanista pero a veces elige un estilo menos combativo. Adhiere a la Cámpora pero ellos ni lo saludan. Lidera la juventud Sindical y quiere cambiar el modelo sindical que ha fortalecido a su propio padre.

Pinta bien, veremos si avanza firme y está a la altura de las posibilidades que tiene.