Martín Insaurralde se ha convertido en el político más deseado del peronismo de la provincia. Otrora alfil de Cristina Kirchner, coquetea con el massismo desde el mismo momento en que perdió las elecciones legislativas en Buenos Aires. Y ese coqueteo está a punto de convertirse en un matrimonio político que pone nervioso al oficialismo. Es que Insaurralde, dueño de una imagen positiva altísima en su Lomas de Zamora y también en el resto del primer y segundo cordón del Conurbano, hace tiempo quiere despegarse del kirchnerismo. Y perder la Provincia de Buenos Aires es perder las elecciones presidenciales.
Su amistad con Sergio Massa no es novedad, tampoco su buena relación con Marcelo Tinelli, a quien visita no sólo cuando su novia Jésica Cirio participa del Bailando o cuando su imitador lo satiriza (con una bondad que recuerda al alica alicate de Francisco de Narvaez), sino también en cenas íntimas que comparten con Guillermina Valdez y Jésica Cirio.
La semana pasada, Insaurralde –peronista de 44 años que alguna vez dijo “soy lo que soy gracias Néstor”- recibió en sus oficinas porteñas a diez intendentes massistas para conocer sus inquietudes. Desde el equipo de comunicación del diputado del FPV no dieron nombres y remarcaron que “Martín se junta con todos para charlar”. Pero ese mitin fue más que elocuente y llegó, por supuesto, a oídos de la Presidenta, quien tantea a Diego Bossio, titular de la Anses, para dar pelea en el distrito más grande del país.
¿Y Scioli?
Para el gobernador de Buenos Aires, el affaire Insaurralde es aún más incómodo que para CFK. Daniel, el único “representante” del kircherismo con chances de llega a la Rosada, es el que más pierde con el pase de Massa. También trató de tentarlo, y lo elogia todo lo que puede cada vez que se encuentran. Compartieron juntos una campaña agotadora y forjaron un muy buen vínculo. No es, igual, una amistad. Pero los dos saben bien que juntos son muy fuertes. Esa es quizá la última barrera a saltar antes de que Martín pegue el salto.
No va a ocurrir en los próximos meses, no esperen eso. Sucederá más cerca de las elecciones y será una serie de traspasos del kirchnerismo al massismo que funcionará como estrategia final del tigrense para ir por todo. En ese juego de dominos que caen, Martín es sin dudas una de las fichas más pesadas.