No es ni María Cash, no es Marita Verón, no es ninguno de esos nombres que por años han quedado asociados a la trata y sus redes. El nombre es el tuyo, porque las víctimas de trata potencialmente sos vos, tus hijas, sus sobrinos, tus nietos, tu hermana. Porque el negocio es millonario, porque su poder corruptor es total y porque el silencio permite su pervivencia. Por eso, vos también sos parte de la solución: abrí los ojos y la boca. Hablá de explotación sexual y de trata porque –antes y después de todo- la trata se trata de vos.
Por Quena Strauss
Desde hace quince años, y porque el 23 de septiembre de 1913 se sancionó en Argentina la primera ley del mundo en combatir la explotación sexual (hablamos de la ley 9.143, o “Ley Palacios”), en esta fecha se recuerda en todo el planeta a las víctimas de este infame negocio y se vuelve a poner en primer plano todo lo que aún queda por hacer.
Hablamos aquí de mujeres, nenas, adolescentes y chicos que “desaparecen” en manos de las redes. Son cientos. Son miles. Son, a escala planetaria, más de 20 millones de seres esclavizados, de los que 4.5 millones (los datos son de la Organización Internacional del Trabajo) son utilizados en el comercio sexual. Esto es, casi, 1 de cada 5 víctimas. Y la mayoría son mujeres y niñas.
¿Por qué? Simple: porque son “productos” dentro de un “mercado” en donde los “clientes” están dispuestos a pagar (muy bien, a veces) por los gustos más exóticos: niños, bebés, mujeres venidas de lugares remotos. Lo que sea porque, se sabe, el cliente siempre tiene la razón.
Desde luego que el tráfico de humanos no sólo se efectúa con fines de explotación sexual. A menudo, como puntualiza Fernanda Ballati en Vivir para juzgarlos (Planeta), a las víctimas se las explota en una diversidad de formas: medicidad, trabajos forzados, comercio de órganos, etc.
Pero, con respecto a la explotación sexual, Balatti marca que “un proxeneta europeo dijo una vez que una mujer produce más ganancias que la droga o el armamento, artículos que sólo se pueden vender una vez, porque una mujer-en cambio- se alquila o se revende hasta que se muere de SIDA, enloquece o se suicida”.
La trata con fines de explotación sexual es, de hecho, el segundo negocio ilegal más lucrativo del mundo, detrás de la venta de drogas y peleando su puesto en este triste ranking con la venta ilegal de armas. Hablamos de un negocio que mueve anualmente, y a nivel mundial, más de 28.000 millones de dólares. Pero que, además, deja magníficas ganancias. Así, según datos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), “la prostitución ajena puede proveer una tasa de retorno del 100 al 1000%”. Más aún, según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), cada víctima mujer genera U$S 100.000 al año, mientras que cada niño forzado a la prostitución y a la mendicidad genera anualmente 160.000 euros.
¿Entendés ahora por qué es tan importante hablar de la trata con fines de explotación sexual? Y también es importante dinamitar cuanto antes cinco ideas que contribuyen a que todo siga como está. Vos también podés hacer algo en este sentido, y aquí te pasamos algunos datos para que nunca más te quedes callada cuando se hable de trata.
“Es el oficio más antiguo del mundo”
Falso. Lo que sí es antiguo es que los humanos se sometan y se exploten entre sí, y aprovechen la oportunidad para lucrar con el más débil. Y una mujer o un chico captado por redes de trata es precisamente eso: el eslabón más débil de un sistema perverso en donde todo se compra y se vende. Así que la prostitución, de oficio, nada, y si es forzada o implica a menores de edad, menos.
“Las mujeres están ahí porque quieren. ¿O por qué no se escapan?”
Falso otra vez. Las víctimas de las redes de trata son siempre parte de un sistema de terror y debilitamiento progresivo de la resistencia. A veces, por vía de palizas y violaciones (lo que se conoce como “ablande”); otras, por introducción en las drogas y la mayoría de las veces mediante un sistema de deudas de las coloca en situación de debilidad total. Si además son extranjeras, se les retienen los documentos. Y a todas se las amenaza con hacerles daño a ellas, a sus hijos (a menudo en los prostíbulos y whiskerías las autoridades han señalado la presencia de menores, hijos de las cautivas) y/o a sus familias. ¿Entendés ahora por qué no se van?
“Lo de los secuestros no es real”
Falso. El negocio de sexo pago se nutre de “novedades” (los avisos de esta clase de lugares suelen habla de “nuevo plantel” o “nuevo staff” para referirse a que cuentan con un nuevo menú de víctimas) y por eso mismo necesita de caras y cuerpos nuevos. “Y, como en este caso la demanda supera a la oferta, los canales de reclutamiento se multiplican y muchas veces se enmascaran detrás de otros negocios: agencias de modelos, empresas de organización de eventos, citas para “books de fotografía”, falsos castings de bailarinas y animadoras, etc”, comenta Monique Alstchul, presidente de Mujeres en Igualdad. El secuestro es quizá la forma más extrema -pero no por eso la menos frecuente-de conseguir un nuevo “plantel”.
“Denunciar no sirve para nada”
Falso. También en este caso la peor opinión es el silencio y además existen numerosos canales anónimos para denunciar ante una sospecha de trata. Por caso, la línea gratuita 0800-666- 4403 (0800-TRATA). Pero, además, en este momento en muchos lugares son los mismos vecinos los que alertan, se movilizan y hasta a veces realizan los llamados “mapas del delito”. Desde luego que las autoridades pueden desentenderse. Pero son muchos más los sitios en donde hacer la denuncia y que haya medidas al respecto. El caso de la Fundación María de los Angeles (creada por la madre de María de los Angeles Verón luego de su secuestro) es clarísimo en ese sentido: lleva rescatado a más de medio millar de chicas.
“No hay manera de sacar a las mujeres de esa vida”
Falso. En el caso de las víctimas de trata, cuando tienen opciones reales de mejora las toman y-nuevamente- la Fundación María de los Angeles es un buen caso de referencia. Allí las chicas rescatadas puede terminar la escuela y estudiar un oficio. En realidad, el planteo correcto sería pensar qué clase de vida tuvieron estas mujeres para haber caído en manos de estas redes, cuando a menudo se las “tienta” con trabajos de baja calificación como niñeras, cocineras o mucamas. La mayoría de las veces, las redes se nutren de personas sin demasiadas posibilidades de poder elegir algo mejor, y que viajan a kilómetros de sus familias (si es que las tienen) a enterarse de la verdad cuando ya es demasiado tarde.
Para saber más:
* http://www.diariopopular.com.ar/notas/170505-denuncian-explotacion-sexual-el-parque-pereyra-iraola
* http://www.mujeresenigualdad.org.ar
* http://esclavitudcero.wordpress.com/
* http://redrattargentina.blogspot.com.ar/
* http://www.fundacionmariadelosangeles.org/asistencia-integral.htm