¿Llegó el fin del empleo de la clase media?

Por: #BorderPeriodismo

Por Jorgelina Zamudio

Economistas y expertos en trabajo alrededor del mundo comienzan a hablar de un futuro inquietante para los empleos de clase media. Y hasta dicen –como experto en tecnología Rohan Silva a la BBC- que “si en el pasado la tecnología reemplazó a los músculos, en este siglo reemplazará al cerebro”.

Martín Sandoval, coach de carrera y titular de www.mscoach.com.ar, coincide. “En efecto, la tecnología eliminó puestos del mercado laboral. Cada vez nos encontramos con más call centers totalmente operados por grabaciones. Este debate se inició ya en los 90 y su ícono fue Jeremy Rifkin, con su libro “El fin del trabajo”. Allí se planteaba que el reemplazo de las personas por la tecnología iba a ser cada vez mayor. Y el proceso continúa hasta hoy”, detalla.

Tiemblan pues administrativos y recepcionistas. Pero deberían comenzar a inquietarse, además, incluso aquellos que ejercen profesiones liberales típicamente de clase media como docentes, periodistas, abogados o médicos. La razón: según varios futurólogos, que sean –al menos parcialmente- reemplazados en sus cargos por una computadora es sólo cuestión de tiempo.

¿Qué pasó? ¿Qué puede llegar a pasar? Recordemos, por lo pronto, que muchas de las áreas que antes creaban empleo para los sectores medios con cierto nivel de educación (tales como la administración, el turismo y muchos otros sectores vinculados a los servicios) han ido sustituyendo a sus representantes humanos por máquinas que hacen el trabajo más rápida, eficiente y cómodamente. Hoy, por sólo citar un ejemplo, las agencias de turismo atraviesan un momento delicado porque cada vez más gente decide, contrata y paga sus viajes sin moverse de su casa más que para ir al aeropuerto.

¿Quién no ha buscado, comparado y conseguido desde un libro hasta un mueble a través de la red, pasando por ropa, servicios u ofertas de empleo? Pues bien, detrás de cada paso detrás de todo ese proceso hay funciones que-aun cuando no desparezcan del todo- sí son realizadas cada vez por menos gente. Y esa gente, históricamente, era parte de los sectores medios.

Aquí, un ejemplo dentro del sector de ventas: hoy se está dando un fenómeno denominado “des-showrooming”, según el cual los clientes observan un producto en la Web y van a una tienda a verlo y revisarlo en persona, pero terminan cerrando la operación on line para conseguir así un descuento mayor en el precio final. Conclusión: hoy que en algunos rubros el rol del vendedor está siendo fuertemente cuestionado, las ofertas del empleo en ese área también caen.

Pero no sólo estas áreas están comenzando a experimentar la misma inquietud que hace 200 años vivieron los obreros textiles ingleses con la llegada de los primeros telares automatizados. Hoy ya existen programas de computación que efectúan –y con gran eficiencia- tareas de clasificación y análisis que antes eran potestad humana. También hay máquinas capaces de diagnosticar y hasta llevar adelante una intervención quirúrgica. Y hasta programas desarrollados para corregir exámenes, por lo que profesores y maestros también comienzan a ponerse un tanto nerviosos.

Sin embargo, y sobre todo porque ya todos saben lo mal que le fue en su momento a los ludistas ingleses (esos que entre 1811 y 1813 destrozaron a golpes de pico y hacha miles de telares por temor a quedarse sin empleo) a la hora de pensar alternativas para seguir siendo “empleable” en un mundo con puestos de trabajo en extinción, la formación profesional sigue siendo la clave.

Los puestos que estarían a resguardo de este proceso, son, a mi criterio, aquellos en que el valor de creatividad e innovación humana  sigan siendo esenciales: diseño e implementación de sistemas productivos, análisis económico financiero, diseño industrial, análisis y desarrollo de sistemas infomáticos, publicidad, marketing, recursos humanos, etc”, enumera el coach. Algo parecido sucede en con tareas menos calificadas (y peor pagas) como la limpieza, la cocina y todo eso llamado “servicios personales”, como el cuidado de niños, la estética, etc.

El resultado de todo esto es lo que los analistas han dado en llamar “polarización del empleo”. Esto es: la generación de puestos de trabajo sobre todo en los dos extremos del arco laboral (los trabajos que se pagan mejor y requieren más educación, por un lado; los trabajos que casi no requieren educación y se pagan peor, por el otro). ¿En el medio? Poco y nada. Sólo queda por ver hasta qué punto la tan ponderada capacidad de supervivencia de los sectores medios logra superar este nuevo desafío. “Todo para no llegar a que se cumpla la profecía de Warren Bennis: “La fábrica del futuro tendrá una máquina, un hombre y un perro. El hombre, para darle de comer al perro. Y el perro, para que el hombre no se acerque a la máquina”, concluye Sandoval.

 

 

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