La maternidad ya no es lo que era. Las mujeres no tienen el deber social de procrear y vivir encorsetadas en un rol que no eligieron. Hoy ser madre es una desición personal y no hace falta estar casada, ser heterosexual ni formar una familia tipo. Sólo se necesitan ganas. Hay cada vez más mujeres solteras o que están en pareja con otra mujer, que deciden ser mamás y le proponen a un amigo compartir la paternidad. ¿Cómo se lleva adelante el proyecto? ¿Qué hay que tener en cuenta?
Por Leila Sucari (@leilasucari)
Marina tenía 36 años cuando sintió por primera vez el deseo de ser madre. Hasta el momento tener un hijo no era un proyecto que tuviera en mente. Era feliz dedicándose a trabajar, viajar y disfrutar su vida de soltera. Pero las ganas de un bebé fueron creciendo como una enredadera hasta cubrir todo lo demás. “Quería ser mamá más allá de mi situación civil. Para mí la maternidad no tenía – y no tiene- que ver con estar casada o sola, es algo más profundo e íntimo y tiene que ver con el deseo de criar, educar y dar amor”, cuenta. Marina no quería forzar una relación de pareja con cualquiera sólo para cumplir el sueño de ser madre, tampoco le convencía la idea de acudir a un banco de esperma anónimo y que su hijo creciera sin una figura paterna. Por eso, cuando uno de sus mejores amigos – un chico gay que también tenía ganas de ser padre – le propuso ser el donante, pensó que era la mejor opción. Dos años después, nacío Vito.
Familia es el primer grupo humano del que formamos parte, a partir de ella construimos una identidad, conformamos hábitos y aprendemos reglas, valores, lenguaje y maneras de relacionarnos. La familia ideal no existe. Si bien el modelo impuesto es el de papá varón, mamá mujer y “la parejita” de niños, la realidad es mucho más compleja y tiene tantas posibilidades como cantidad de personas habitamos este extraño planeta.
Hay familias monoparentales, familias adoptivas, familias donde los abuelos cumplen los roles de padres y madres, familias con dos mamás y un papá, familias de padres divorciados, familias donde conviven hijos biológicos con hijos del corazón, familias ensambladas, familias con ausencia de roles y familias donde los roles se multiplican y superponen. Todo es válido y posible mientras sea una elección consciente y responsable que parta de un deseo genuino.
Pedro Horvat, psicólogo integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explica: “Si una mujer soltera decide ser madre, la primera decisión que debe tomar es cuál va a ser la participación que tendrá el padre en la vida de su hijo: si elige que el padre biológico no tenga ningún tipo de injerencia sobre la vida del niño, o si decide que esté presente en distintos planos que van desde el emocional hasta el económico. De acuerdo a eso se verá el tipo de vínculo que tendrá con ese hombre que no es su pareja. Si elige tener un hijo con un amigo, la mujer tiene que tener muy claro que con su decisión va a gestar dos vínculos para siempre: el vínculo con su hijo, y el vínculo con el padre del hijo”.
Las mujeres que tienen hijos con amigos son muchas y en variados contextos. En diciembre del año pasado, el actor Guillermo Pfening tuvo una hija con su mejor amiga, Cynthia Pinasco. Tanto él como la actual madre de su bebé querían ser padres pero estaban solteros. Aunque no los unía el sexo ni el amor de pareja, tenían – y tienen- una relación de profunda amistad y cariño que los motivó a animarse y emprender juntos el viaje de la paternidad. Hoy crían a Asia, una nena que lleva el apellido de los dos.
Otro caso es el de la cantante Melissa Etheridge y la cineasta Julie Cypher. Las dos mujeres llevaban años siendo pareja y deseaban tener hijos y formar una familia juntas. Una tarde de vacaciones, charlando con un amigo, el músico David Crosby, y su esposa Jan sobre su deseo de ser madres, Jan propuso que su marido les donara esperma. Un año después de pensarlo, decidieron aceptar el ofrecimiento. Julie Cypher fue inseminada artificialmente y así tuvieron primero a Bailey y dos años después a Beckett. En este caso el acuerdo fue que Crosby – quien ya tiene 4 hijos- no tendría ninguna obligación como padre. Sin embargo, los niños saben que él es su papá biológico y cada tanto se ven, como amigos.«Yo sé que la procreación de nuestra especie fue entre un hombre y una mujer, y que así es como se construyó todo», dijo Melissa en una nota para la Rolling Stone. «Pero dos progenitores cariñosos, eso es todo lo que un niño necesita. Dos hombres, dos mujeres, un hombre y una mujer, lo que sea. Es asombroso lo que pueden hacer los padres cuando aman a sus hijos».
“Tener un hijo con un amigo es una experiencia compleja, una suerte de apuesta, de salto al vacío”, dice Horvat. “Es muy difícil predecir cómo va a salir, porque se están apostando los afectos futuros de varias personas. La madre tendrá que pensarlo bien, porque no será una tarea fácil, pero no hay que ser prejuicio, lo más importante para que funcione es que haya amor y deseo”.