Jardines en los techos de los bondis. La solución para el Medio Ambiente de las ciudades

Por: Fernando Sommantico @ferlegend1

Un nuevo invento del catalán Marc Grañen combina su pasión por el diseño y el compromiso con el medio ambiente con ideas muy innovadoras, convierte los techos de los micros urbanos en espacios verdes, ya sea jardines o huertas.

Por Fernando Sommantico (@ferlegend1)

El colectivo es un invento argentino, decía una vieja publicidad. Sin dudas es un medio de transporte eficiente para circular por los laberintos de las grandes urbes,  diseñado en una medida que los hace ágiles para las angostas calles, también es capaz de recorrer medianas distancias uniendo barrios periféricos entre sí, con los más “altos” y hasta a veces resulta la solución cuando debemos viajar  en un día de lluvia ante las posibilidad de una inundación que torne una aventura usar el auto propio. Pero a esas virtudes se le contraponen otras que, vaya uno a saber porque, no se solucionan: el ruido que generan, la  emisión de dióxido de carbono que contribuyen de manera negativa a la salud, los daños sobre la estética puesto que manchan casos con hollín, etc.  Pero por suerte para la humanidad hay gente que se capacita y se inspira para solucionarle la vida al prójimo.

Este es el caso de Marc Grañen, que propone convertir los techos del bondi, en espacios verdes. Obvio que estos techos deben estar debidamente acondicionados. Examinemos sus beneficios:

Tomando como referencia la  medida del techo de un micro, que se calcula en unos 20 metros, cada metro cuadrado de estos jardines capturaría unos 20 kilogramos de dióxido de carbono al año. Según el experto, en Madrid que es una ciudad en la que circulan 100 micros, si cada uno de estos tuviera su jardín, estamos hablando de 2 hectáreas de verde que se agregarían a la ciudad. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se calcula que las unidades que circulan son aproximadamente 9400 y haciendo el mismo cálculo estamos hablando de 188 hectáreas, que se incorporaría a la ciudad. Para darnos una idea de los efectos de esta revolución verde, tomemos como ejemplo los bosques de Palermo que tienen una dimensión de 80 hectáreas. Con los nuevos jardines, la ciudad tendría un nuevo pulmón que sería el doble que este bosque.

Estos espacios verdes  también  contribuyen al mantenimiento isotérmico del vehículo, reducen la energía hasta un 33 por ciento y  hacen que desde los balcones la vista sea más placentera. Sin entrar en detalles técnicos, hay que destacar que estos techos son de muy bajo costo y superan el rigor de la verificación técnica vehicular. Con respecto a las plantas, Grañén ha explicado que las utilizadas consumen muy poca agua y “es suficiente con regarlas una vez al mes”, aunque también es posible “aprovechar la condensación de los aires acondicionados en un pequeño depósito que abastezca al jardín”. El nombrado, comenzó a trabajar en el diseño del proyecto en 2012 y hoy en día se puede ver circulando a varios colectivos con jardines en  Barcelona, Girona y Palma de Mallorca. Volviendo a la Argentina, no perdamos la esperanza. Quizás algún día podamos ver al metrobús circulando con huertas en los techos. Después de todo quien se iba a imaginar hace 40 años un Papa argentino y un presidente negro en USA…

 

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