El nivel de adhesión al Frente para la Victoria y la diferencia de votos que exista con Cambiemos serán datos fundamentales de cara a la definición de octubre. Las mayores expectativas, sin embargo, se trasladaron a la picante interna entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez.
Las elecciones primarias del próximo domingo develarán tres cuestiones clave para analizar el escenario político de cara a la definición de octubre. La cantidad de votos que obtenga el Frente para la Victoria, la diferencia con la coalición Cambiemos y el resultado de la interna abierta del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires serán temas centrales para tener una noción más certera de lo que se viene.
Las primarias a nivel presidencial serán el centro de atención dado que los partidos en disputa creen que funcionarán como una especie de gran encuesta para octubre (quizás la más confiable), cuando no como una suerte de primera vuelta que ordene el tablero político y permita que todo se resuelva en octubre.
Como ya anticipó #Borderperiodismo, la aplicación móvil que utilizarán los fiscales generales del PRO en cada zona permitirá cargar la cantidad de votantes y los resultados de cada mesa. Para el macrismo, esto hará que las PASO se conviertan en una encuesta certera para observar los lugares donde deben reforzar su presencia en el camino hacia las elecciones generales. El Frente para la Victoria, en cambio, abraza el sueño de que las primarias funcionen como una primera vuelta que ordene todos los votos oficialistas y opositores (consagrando la tan mentada polarización) para que todo se resuelva en octubre, sin pasar por la instancia decisoria del ballotage.
En este contexto, una de las claves de la elección será el porcentaje de votos que alcance el Frente para la Victoria. Al llevar a Daniel Scioli como único
precandidato a la Presidencia, acompañado por el actual secretario
de Legal y Técnica del Gobierno, Carlos Zannini, las PASO indicarán cuál es el verdadero nivel de adhesión que tiene el kirchnerismo de cara a los comicios generales. Es probable que los votos que coseche constituyan su techo electoral.
Por ello la segunda clave de la elección será la diferencia que se dé entre la lista del oficialismo y el frente Cambiemos, que comparten el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. En ese conglomerado, Mauricio Macri confía en imponerse sobre Ernesto Sanz y Elisa Carrió para poder competir en octubre como candidato presidencial y, posiblemente, como principal referente opositor.
Esta coalición busca que la sumatoria de los votos de sus tres precandidatos supere al Frente para la Victoria y de esa manera quedar bien perfilados para las generales. De ser así, los dos perdedores intentarán que sus votos se trasladen al ganador en octubre, es decir, que los sufragios que coseche el ganador en las primarias sean apenas constituyan un piso. Se trata, sin embargo, de una misión que siempre tiene resultados impredecibles.
La última clave de este turno electoral está en la provincia de Buenos Aires, no sólo por ser el distrito que concentra el 40 por ciento del padrón nacional, sino por el resultado de la interna abierta entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez, precandidatos del Frente para la Victoria a gobernador. La disputa entre ambos desencadenó hacia dentro del peronismo bonaerense una guerra que desembocó en las acusaciones contra Fernández por supuestos vínculos con el narcotráfico.
Todo el arco político prestará atención a esta interna. La oposición cree que una eventual victoria de Fernández podría complicar la candidatura presidencial de Scioli por las derivaciones de la acusación. En el sciolismo también contemplan esta posibilidad, aunque tratan de restarle importancia. Confían en que de ocurrir eso no les restaría más de 4 o 5 puntos. De ahí también deriva la importancia de la diferencia que se saquen en las PASO presidenciales el FPV y Cambiemos.
Por otra parte, Cambiemos no tendrá internas para la candidatura de gobernador bonaerense y por ello aspiran a que la fórmula que integran la macrista
María Eugenia Vidal y el radical Daniel Salvador logre una buena performance y quede bien parada para octubre. Una desafío similar tiene por delante el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien dirimirá la candidatura presidencial del frente UNA con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, y también llevará una única fórmula para la Gobernación, encabezada por Felipe Solá y
Daniel Arroyo.
El Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) también definirá en las PASO a su candidato presidencial. Se enfrentarán en este caso el binomio Jorge Altamira-Carlos Giordano, del Partido Obrero, contra Nicolás Del Caño-Myriam
Bregman, del PTS. En la categoría de gobernador bonaerense, los candidatos de Altamira serán Néstor Pitrola y Rubén Sobrero para vice, y los de Del Caño serán Christian Castillo y Javier Hermosilla.
El frente Progresistas y Compromiso Federal tampoco confrontarán listas en las PASO, por lo que el único objetivo que tendrán será superar el piso del 1,5 por ciento de los votos, requisito legal para poder competir en octubre. Progresistas presenta en la fórmula presidencial a Margarita Stolbizer y Miguel Ángel Olaviaga, y postula en la provincia de Buenos Aires a Jaime Linares, acompañado por Juan Carlos Pugliese (hijo). Compromiso Federal postula al binomio de Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso para la Presidencia y a Eduardo D’Onofrio y Ana Savignano para la Provincia.
Mismo escenario para el Frente Popular, que lleva a Víctor de Gennaro como precandidato presidencial secundado por Evangelina Codoni, y a Adolfo «Fito»
Aguirre como postulante a la Gobernación; el MST-Nueva Izquierda, que postula como precandidato presidencial a Alejandro Bodart; y el Nuevo MAS que competirá con Manuela Castañeira.