La Policía de Santiago del Estero tomó la decisión de apartar a 62 de sus efectivos. El motivo es que todos ellos obtuvieron resultados positivos en exámenes toxicológicos y se detectó, en dos estudios realizados en los últimos meses, que estos agentes consumían marihuana y cocaína, lo cual generó una fuerte preocupación en las autoridades de seguridad provinciales.
El primer examen toxicológico, que se llevó a cabo hace dos meses, seleccionó a 190 agentes de manera aleatoria. En este caso, 22 efectivos dieron positivo en el exámen. Todos los casos se estudiaron en el laboratorio de la Policía Científica.
Luego, en una segunda ronda de pruebas, la cual se llevó a cabo hace dos semanas, participaron 150 efectivos, incluidos oficiales superiores y jefes departamentales. Esta vez, en 29 casos se llegó a resultados positivos. De hecho, uno de los efectivos involucrados se negó a realizar la prueba. Esta actitud confirmó al oficial como un caso positivo.
Frente a los resultados arrojados por estos estudios, los policías en cuestión fueron puestos en “disponibilidad preventiva”, medida disciplinaria provisoria que supone grado razonable de sospecha. La misma incluye la retención de la pistola reglamentaria y la credencial. En esa línea, se dispuso que los policías, además, recibirán solo el 50% de sus salarios mientras se lleva a cabo un sumario administrativo que concluirá una vez que se realicen contrapruebas en el laboratorio del Ministerio Público Fiscal.
Las autoridades de la provincia anunciaron que se prevé la realización de más pruebas toxicológicas a lo largo de los próximos días. La iniciativa busca asegurar que todos los 8.700 efectivos policiales estén aptos para portar armas y desempeñar sus funciones de manera adecuada.
Estos exámenes buscan separar a quienes consumen estupefacientes y no están en condiciones físicas para portar un arma de fuego y tomar decisiones correctas durante el buen desempeño como servidores públicos.