7 de cada 10 empleados quieren renunciar a su trabajo por tener jefes tóxicos

La salud mental es un factor clave en la decisión de los trabajadores a la hora de definir su renuncia, según un informe de la agencia Bumeran.
Por: #BorderPeriodismo

Siete de cada diez argentinos considera dejar su empleo debido a una mala relación con sus superiores, según un reciente informe de la consultora de empleo Bumeran. La encuesta destaca la creciente importancia que los empleados le otorgan a su salud mental, buscando escapar de entornos laborales tóxicos.

El estudio «Líderes o Jefes» muestra un incremento notable en el número de trabajadores que reconsideran su permanencia en sus puestos debido a la relación con sus jefes. En 2022, el 52% de los encuestados había pensado en renunciar por este motivo; en 2023, esta cifra subió al 70%, evidenciando un aumento de 18 puntos porcentuales en solo un año.

El Impacto de los jefes tóxicos

Según indicó la encuesta, los jefes tóxicos afectan directamente la salud mental de sus empleados. Estos líderes suelen adoptar comportamientos que generan un ambiente laboral hostil, como insultos, menosprecios y la incapacidad de reconocer los logros de sus subordinados. Este tipo de comportamiento puede llevar a los empleados a cuestionar su elección profesional y experimentar altos niveles de ansiedad y estrés.

A pesar de sus deseos de cambiar de empleo, muchos trabajadores se quedan debido a la estabilidad financiera que su sueldo les proporciona. La inestabilidad económica del país actúa como un freno, obligándolos a soportar condiciones laborales perjudiciales para su bienestar.

Consecuencias de un liderazgo tóxico

Un mal líder puede desequilibrar emocionalmente a los empleados, convirtiendo el trabajo en un espacio amenazante para su salud mental. Esto no solo afecta al trabajador, sino también al rendimiento y productividad de la empresa. Los empleados que sufren bajo un liderazgo tóxico tienden a perder motivación, lo que se traduce en una disminución de la calidad y eficiencia de su trabajo. Esto lleva, en muchos casos, a una renuncia silenciosa.

¿Qué es la renuncia silenciosa?

La «renuncia silenciosa» o «quiet quitting» es un fenómeno donde los empleados, sin abandonar su trabajo, pierden la motivación y el compromiso, limitándose a realizar solo las tareas esenciales. Este concepto, que ganó relevancia durante la pandemia, surge como respuesta al agotamiento emocional o «burnout». Los empleados dejan de ver el trabajo como el centro de sus vidas y priorizan su bienestar personal.

Características de un jefe tóxico

Un jefe tóxico no brinda retroalimentación positiva, no escucha a sus empleados y adopta un rol de control excesivo. Algunos incluso presentan rasgos psicopáticos, disfrutando del sufrimiento ajeno y creando un ambiente de hostigamiento y menosprecio. Estos líderes, denominados «vampiros emocionales», pueden generar un clima laboral insostenible que afecta tanto a nivel individual como colectivo.

Cómo salir de un ambiente laboral tóxico

Los expertos en relaciones laborales indican que la clave para lidiar con un ambiente tóxico es resignificar el trabajo como un puesto temporal que ayuda a alcanzar metas financieras a corto plazo. Señalan que es importante involucrarse en actividades que generen satisfacción personal y planificar una estrategia laboral a largo plazo. Si la situación se vuelve insostenible, es fundamental buscar otras opciones y, si Recursos Humanos no ofrece soluciones, planificar una salida estratégica para evitar problemas de salud a largo plazo.

 

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