En el marco de una disputa judicial, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, de San Isidro, amplió la investigación sobre una presunta estafa vinculada a la criptomoneda $LIBRA, promocionada por el presidente Javier Milei.
La magistrada ordenó rastrear los movimientos de las billeteras virtuales relacionadas con la criptomoneda para identificar el destino de los fondos acumulados. Además, busca congelar las sumas involucradas y facilitar su recuperación.
Como parte de las medidas, la jueza dispuso un monitoreo en tiempo real de las billeteras virtuales de los responsables del desarrollo de $LIBRA, incluido el estadounidense Hayden Davis, y de aquellas que podrían haber operado con información privilegiada.
La División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal Argentina supervisará estas transacciones y actuará rápidamente si los fondos llegan a plataformas que permitan congelarlos. Según el fallo, el objetivo principal es recuperar los activos perdidos por las víctimas.
Momentos claves
La investigación se enfoca en tres momentos clave: el 14 de febrero, fecha de lanzamiento del token; el 15 de febrero, día en que se anunció una inyección de capital que no se concretó; y el 17 de febrero, cuando una publicación del presidente volvió a aumentar su cotización.
Se busca esclarecer cómo se llevaron a cabo las operaciones que generaron pérdidas para los inversores. El 14 de febrero, horas antes de su lanzamiento oficial, un grupo de billeteras adquirió “tokens” por un valor aproximado de 2,5 millones de dólares. Poco después, el presidente Javier Milei publicó un mensaje en la red social X promocionando la criptomoneda, lo que impulsó su precio de 0,3 a 2,5 dólares en tan solo 15 minutos. Más tarde, el valor alcanzó un pico de 4,65 dólares tras un informe de “Bloomberg” que validaba el proyecto.
Sin embargo, a partir de las 21 horas de ese mismo día, las billeteras vinculadas al equipo de desarrollo comenzaron a retirar los fondos de liquidez, lo que provocó un desplome en el precio del “token”. Este colapso dejó a los inversores con pérdidas millonarias, estimadas en 90 millones de dólares.