La Justicia encontró material delicado de explotación sexual infantil en el teléfono de uno de los detenidos más complicados por el caso Loan. Se trata del dispositivo de Carlos Pérez, el ex marino y esposo de la funcionaria municipal Victoria Caillava. Los dos están acusado por captación de persona con fines de explotación.
Hasta el momento se analizaron datos de 19 teléfonos, y se tomó una línea de tiempo que va desde octubre del 2023 y junio de 2024, por parte de los peritos de la Policía Federal, mediante el sistema UFED.
Según informo el medio Todo Noticias, lo más relevante para la causa hasta hoy surgió del celular del ex marino, donde había fotos de menores en situación de explotación y gran cantidad de mensajes y audios borrados en el celular.
Así mismo, durante las primeras horas de la desaparición de Loan, Pérez realizó una búsqueda del mapa de la provincia de San Juan, de donde es oriundo, y entró a páginas de pornografía, tanto de adultos como de trata infantil.
Respecto al celular de Laudelina, la tía del nene, se encontraron casi 20 llamados con su marido Antonio Benítez, que se hicieron a la tarde y medianoche del día en el que su sobrino desapareció. Entre los mensajes, los peritos hallaron una conversación con sus amigas. Una de ellas le dice: “decí lo que sabes, pensá en tus hijos”, mientras que otra le responde: “acá hay gato encerrado”.
La prima de Loan aseguró que quisieron sobornarla para inculpar a «cualquiera»
Camila, la prima de Loan, habló una vez más ratificando su versión de los hechos tras contradecir a su tía Laudelina, quien hoy está detenida en Ezeiza como una de las principales sospechosas. A pesar de esto, agregó importantes datos sobre los días previos a la intervención del fuero federal en el caso y aseguró que quisieron sobornarla para inculpar a uno de sus familiares que se encontraban en el almuerzo el día de la desaparición de Loan.
«Me ofrecieron nueva vida en Brasil a cambio de inculpar a cualquiera», aseveró en diálogo con Todo Noticias. Y agregó: «Lo de Loan o fue un accidente».
En referencia a la búsqueda que realizó con Laudelina en el campo tras la desaparición de Loan, mencionó: «Me preguntó varias veces si Loan no pasó atrás mío, si no venía por el camino. Yo salí a buscarlo para poder recibirlo y cuando ingreso hacia el camino del naranjal, me encuentro con los demás chicos pero no con él».
Así mismo destacó que el niño «no conocía tanto el lugar. Tendría que haber vuelto por el camino». En ese sentido, ratificó la declaración la versión que dio a la justicia en los últimos días y reforzó la idea de que a Loan «se lo llevaron».
A la par, Macarena, hija de Laudelina y otra prima de Loan, sostiene la misma versión y en las últimas horas afirmó que a su madre la sobornaron para declarar que lo del niño fue un accidente, causado por el matrimonio de Pérez y Caillava, el ex militar y la ex funcionaria municipal.
En esa línea, Camila contó que personas de civil, en el día once de búsqueda, le pidieron «que inculpara a cualquiera de los que estaban detenidos» antes de que interfiera el fuero federal. Y se refirió a su prima tras contar lo que sucedió con la madre: «Macarena está muy asustada, tiene mucho miedo. Teme por ella, por la madre, por los hermanos. Yo estoy con mi nene y ella está con sus hermanos».
Camila, que fue la primera en negar la versión de Laudelina, dijo que ese día, quien se llevó a Loan podría haber tenido otro objetivo, algunos de los otros siete nenes que estaban en el lugar, de los que Loan sería el tío.
«Para mí (el abogado Codazzi) se embarró solo. ¿Cómo vas a decir que fue un accidente? Para mí hay otra cosa en juego», aseguró al apuntar contra el abogado de Laudelina.
Además de ser sobornada con una «nueva vida» a cambio de que inculpe a alguien, contó que también fue amenazada por las personas de civil que la grababan para registrar una especie de declaración en el hogar de la abuela Catalina: «Me dijeron que me iban a sacar a la nena o mandar presa a otro lugar. Típico de un susto que ellos quieren provocarte».
«No puedo decir quiénes son por el nombre, pero si los veo los identifico y sé cómo estaban vestidos», afirmó. Y añadió: «Ellos grababan audio de mi voz para que yo inculpara a alguien, pero cuando ellos hablaban pausaban el audio. Creo que pudieron haber sido policías, pero no sé a quién protegían».
A la hora de ser consultada por el motivo de no haber contado esto hasta hoy, la joven de 24 años dijo: «No lo tenía muy presente en mi hasta anteayer cuando estaba dialogando con un periodista. Me vino a la mente esos recuerdos».