En medio de la intensa búsqueda del legislador misionero Germán Kiczka, prófugo y acusado por pedofilia y distribución de pornografía infantil, se conoció que un lugar podría ser clave para entender su modus operandi. Los datos se desprenden del peritaje de los dispositivos secuestrados en la vivienda del político, tras un allanamiento de la Policía Federal.
El boliche clandestino Estudio 55 era considerado «como ideal» para que acudan menores, ya que no se pedía documento al ingresar. Por ese motivo, se investiga si el lugar era el escenario donde funcionaba un sistema de captación de posibles víctimas.
Según los detalles que se conocieron de la causa, dentro de los dispositivos había gran cantidad de gráficas y flyers del boliche. “se observan una serie de fotos utilizadas para recrear una maqueta, como también flyers de un lugar llamado ‘ESTUDIO55’, las cuales también aparecen en el dispositivo, como también se han encontrado miniaturas de videos eliminados que no pueden reproducirse, pero se visualizan características de material de abuso sexual infantil”, se detalla en un documento de más de 14 hojas sobre los respectivos peritajes.
Según informó Martín Candalaft (Infobae), el boliche pasó a ser un foco de la investigación contra los hermanos Kiczka. El lugar es una vieja casona ubicada en el centro de Apóstoles, una localidad al sur de la provincia de Misiones.
Con respecto a Estudio 55, vecinos de la zona aseguraron: “El dueño siempre habría sido Sebastián, el hermano del diputado”. Según los datos que tiene la Justicia, el lugar comenzó a funcionar como boliche clandestino, sin ningún tipo de habilitación.
Otra persona que concurría al lugar señaló: “La onda del lugar es que podían ir menores sin que nadie pida ningún documento. Siempre estaba lleno de chicos y chicas de 14 a 16 años. Y en el medio siempre estaba Sebastián Kiczka que era el dueño”.
Pese a que el boliche como tal dejó de funcionar hace unos años, el lugar comenzó a operar como un punto para “fiestas privadas”. En paralelo, los hermanos Germán y Sebastián continúan prófugos de la Justicia, con una alerta roja de Interpol y tareas encargadas para encontrarlos a la Policía Federal.