Esta semana arrancó formalmente la campaña electoral que vence el 27 de octubre y la comunicación 2.0 es desarrollada por los candidatos como una herramienta tan importante como lo que solían ser en la década pasada las caravanas, pintadas o caminatas territoriales.
Borderperiodismo consultó a dos especialistas para saber si es cuantificable en votos el desempeño viral de los candidatos, para entender cuál es el buen uso de las herramientas 2.0 y para definir hasta qué punto influye en la opinión pública los contenidos publicados en redes.
Para Tomás Balmaceda -periodista experto en tecnología (Rolling Stone, Hiperconectados, Clarín, Noticias y Bacanal) e investigador del Conicet- las redes sociales “tienen poco impacto a la hora de pensar un voto. No sólo porque la masa de personas que usa twitter o Facebook aún no es relevante frente a la magnitud del padrón sino porque la mayoría de los usuarios eligen no seguir a estas figuras y, si lo hacen, siguen a los candidatos en los que ya creen o confían”.
“No me parece que alguien que tenga dudas sobre a quién votar decida seguir a todos los candidatos por Twitter, evaluar su desempeño o propuestas y a partir de eso sacar conclusiones”, aseguró.
Carlos Mazalán, director de la Diplomatura de Social Media y Comunicaciones Digitales de la UES21, precisó que no hay una respuesta matemática sobre la influencia directa en los votos pero sí que “las redes sociales son uno de los medios más efectivos en este momento y naturalmente permiten influenciar a las audiencias. Interpreto a las redes como un espacio de relacionamiento donde la conducta de las personas y la reputación son las que se leen a lo largo del tiempo”.
“Con el paso de los años esto se acentuará y en lugar de preguntar si las redes son efectivas, preguntaremos más ampliamente por la ´reputación”.
Los políticos están tratando de aggiornarse a la comunicación 2.0. Pero no todos lo hacen con el mismo ingenio. “Algunos saben utilizar las redes sociales para enviar mensajes «puenteando» a los medios tradicionales. Las ráfagas de tweets de Cristina Fernández cada dos o tres días son el mejor ejemplo: testimonios directos, sin mediaciones ni preguntas (o repreguntas), sobre temas que ella decide (y logra) poner en agenda, además de comentarios sobre otros candidatos, coberturas de diarios o incluso las repercusiones de sus calzas. Esto luego es tomado por diarios, canales de televisión, radios y portales, excediendo el marco de las redes sociales y logrando el impacto buscado.
Las estrategias parecen ser distintas según el partido o el político. Desde el PRO, por ejemplo, se nota un interés muy grande por las redes sociales y por la comunicación de ciertas informaciones.
Mauricio Macri, por ejemplo, anunció que María Eugenia Vidal sería su compañera de fórmula en 2010 vía Twitter. Sin embargo, sus intentos de «ser fresco» en la web hasta ahora no fueron bien recibidos
Horacio Rodríguez Larreta transmitía asados por Twitcam pero no tuvo mucha repercusión. Vidal, por su parte, supo tener a su cuenta personal como «patrocinada» en Twitter, lo que implica un piso de inversión de cinco mil dólares y un costo fijo por cada follower nuevo, algo que un partido pequeño no puede solventar.
Para Mazalán en tanto “casi todos se interesan y empiezan a mostrarse en esos ámbitos, pero pocos entienden qué hacer y para qué.
Todavía para la mayoría es una moda o un lugar donde «hay que estar». Yo creo que quienes interpreten el largo plazo son los que sacarán mejor provecho. El Frente Renovador presenta una ventaja aparente desde la estructura y los contenidos a simple vista.
¿Cómo es el votante que es usuario de redes sociales?
Mazalán destaca que se buscar al “conectado y detalla que el acceso a Internet en nuestro país es del 60% y no es exclusivo de una clase social.
El 90% de la gente que está en Internet usa Facebook y el 98% usa Google como buscador, donde cada día se aprecia que lo que sucede en el «mundo real» tiene su correlato «en el mundo digital».
Y quien no está conectado a la red, seguramente estará en un ambiente donde otros si lo estén.
¿Cuáles son los riesgos que corre un político al momento de manipular las redes?
Entrar en el campo de Twitter o Facebook no es para cualquier político y es necesario contar con un equipo que pueda tener las herramientas necesarias tanto a nivel técnico (es importante saber que no es simplemente una computadora y una conexión a Internet lo que se necesita) sino también del discurso y de las reglas que gobiernan estas prácticas. Además, hay que saber manejar los errores.
Un ejemplo de esto último es Binner: tuiteó sin querer «Obvñzfhnhxds» y después deseó «feliz navidad» el 6 de enero. Fueron errores técnicos (un celular mal apagado, un borrador que se envió por error), a los que hay que enfrentar y ver la manera de revertir para sacarle provecho (o minimizar daños)
“¿Riesgos?, uno es amo de lo que calla y esclavo de lo que dice. Lo que pone en el sitio, no es para olvidarse al día siguiente, apunta Mazalán.
¿Cuáles son los tips para una comunicación efectiva?
Mazalán indica tres:
- Pensar en el largo plazo; entender que es un nuevo canal con «cada individuo», no con «todo el mundo» al mismo tiempo; experimentar en nombre propio.
Para Balmaceda es necesario
- asesorarse bien, tener un equipo que sepa reflejar la identidad de cada político y no confiar en las fórmulas perfectas: en las redes sociales cada uno tiene que tener su propia voz y debe ser única