Copa Davis: el turno de La Legión Maldita

Por: Fernando Sommantico @ferlegend1

La Historia de Roma, como metáfora del equipo argentino que ansía la máxima consagración colectiva del tenis. Por qué es bueno que sean «malditos». Del lìder Escipión al capitán Orsanic. Por qué la serie contra Italia es nuestra Cartago.

 

Durante las guerras Púnicas, allá por el siglo III A.C, las legiones romanas al mando de los hermanos Cneo y Publio Cornelio Escipión, venían derrotando al ejército invasor cartaginés comandado por Aníbal. Los empujaban hacia el mar Adriático. Los triunfos se sucedían uno tras otro. Pero en el año 211 A.C, el ejército africano se fortalece al máximo, agrupa a los mejores hombres que podía disponer y enfrenta con todo su poderío a las legiones, que por entonces se encontraban divididas en dos alas. El contraataque fue exitoso: Aníbal derrotó primero a una, después a la otra y los hermanos Escipión fueron asesinados.

Así fue cómo Roma se quedó sin dos de sus máximos referentes bélicos.

En el mundo del tenis, La Legión argentina fue protagonista en el circuito de la ATP, a lo largo de una década. Todo parecía indicar que, de una vez por todas, la Copa Davis -el evento más cercano a un mundial en la disciplina- quedaría en este lado del planeta; y la gran consagración hasta pudo haberse dado en casa, más precisamente en Mar del Plata, en 2008. El presagio era válido ya que, entonces, la armada española venía sin su mejor guerrero, Rafa Nadal. Pero, al igual que en las legiones romanas, la Argentina estaba dividida. El rey David por un lado y Delpo por otro. Los españoles no los perdonaron y el resultado ya lo conocemos todos. Como en la Historia de Roma, a partir de ahí La Legión vernácula quedó diezmada.

Al poco tiempo, la Argentina ya no contaría con uno de sus dos mejores guerreros -con el retiro de Nalbandian- y un par de años después, producto de innumerables batallas y heridas de combates individuales y colectivos, fue perdiendo a sus mejores legionarios.

Los guerreros romanos eran conocidos como la legión maldita, porque no tenían un líder, su estado era casi anárquico y el poder político del imperio les era indiferentes.  La derrota ante el ejército cartaginés, el poderío bélico de Roma se encontraba en retirada, su moral conquistadora devastada y la caída del poder romano en un horizonte próximo.

Busto de Escipión, el africanoHasta que apareció en escena el joven Publio Escipión Emiliano, hijo del Africano, el general que también llevara su nombre y fuera asesinado por las tropas cartaginesas. El heredero ya había demostrado su talento al mando de legiones y en retos menos importantes, como batallas en lo que hoy es España. No tardaría Escipión Emiliano en aceptar el reto que le encomendó el Senado romano  y tomar el comando de lo que quedaba de la legión que supieron liderar su padre y su tío.  Pero hasta la propia Roma no confiaba demasiado en él: escaseaban en su ejército los hombres con laureles , la reconstrucción de la tropa se presumía de largo plazo y el Senado tenía pocas expectativas sobre el liderazgo de Escipión. Poco tardó el joven heredero de las legiones en probar, a fuerza de triunfos inesperados, su valía, y elevar la moral romana con destino de conquistadora, que construía un nuevo líder.

El tècnico Orsanic.
El tècnico Orsanic.

En el 2015, asumió Daniel Orsanic como capitán del equipo de Copa Davis, como una suerte de Publio Escipión Emiliano. De inmediato puso el foco en jugadores que brillaban en torneos menores, guerreros que se curtían cada tanto en abiertos de mayor importancia. Así encaró Orsanic la reconstrustrucción de La Legión con guerreros que brillaban en torneos menores y que se curtían cada tanto en torneos más importantes. Llegaba el turno de demostrar toda su valía en el evento más trascendental para los aficionados argentinos, de local y contra Brasil.  La batalla se mostraba compleja, con el agravante de la ausencia de dos de sus guerreros más importantes, Del Potro y Pico Mónaco, lesionados.

El primer triunfo fue inesperado. En el match con Brasil en 2015, hubo actuaciones épicas dignas de guerreros antiguos. Los jugadores levantaron la moral de los fans. Los triunfos se fueron sucediendo. Y la legión nuevamente empezó a hacer ruido entre las grandes potencias. Hasta la derrota con Bélgica, en semifinales, dejó en el mundo del tenis la sensación de que Argentina perdió una batalla, pero que podría ganarlo todo en un futuro próximo. Fue ahì cuando La Legión pasa a convertirse en La Legión maldita

Este año la primera parada fue frente a Polonia, una serie muy difícil en los papeles. Su mejor guerrero, un terrible sacador: Jerzy Janowciz y en un campo de juego hecho a su medida. Era una gran amenaza para los guerreros argentinos. La legión maldita llego con varios días de anticipación, con algunos nuevos gladiadores y otros curtidos de intensas batallas. Los dioses estuvieron de su lado: ese más temido polaco no podría jugar por una lesión. Argentina no perdonó . Fue una prueba de fuego para los nuevos guerreros, Pella y Olivo, y una batalla más para la gloria de Delbonis, Berlocq, y el yacaré Mayer.

Delbonis, a full.
Delbonis, a full.

Los guerreros argentinos seguían, en paralelo, consiguiendo destacados resultados individuales. El batacazo de Delbonis, al ganarle a Andy Murray en Indian Wells. La gran actuación de Guido Pella frente a Federer en Wimbledon. El gran triunfo de Delpo sobre Wawrinca hace unas pocas semanas en el mismo torneo. Buenas noticias en el circuito.

Mónaco y Del Potro.
Mónaco y Del Potro.

Ahora comenzó otra batalla: Italia, de visitantes. La legión maldita enfrenta al clima y nada menos que al ejército romano, esta vez con el regreso de sus mejores guerreros, Delpo y Mónaco. Delbonis ya dio el primer paso victorioso.

La Historia cuenta que el joven Escipión finalmente derrotó al ejército cartaginés y llevó a Roma al dominio de la península ibérica y el norte africano, cumpliendo el sueño de su padre. Ojalá el destino quiera que para Orsanic y sus legionarios malditos, el final sea el mismo: conseguir el pase a una nueva semifinal, avanzar y que, este año, termine de una vez por todas, con la conquista de la ansiada Copa Davis.

Conquista de Cartago.
Conquista de Cartago.

«Que la gente esté tranquila, hay tenis argentino para rato», dijo Delbonis al derrotar a Murray. Ya lo probaron. Y están a pasos de consagrarse conquistadores. Y lograr nuestra Cartago.

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