Es paradójico, pero se está reportando un desabastecimiento de nafta en varios lugares del país, aún a pesar de que Argentina sea productora de petróleo. En ciudades como Esquel, Mar del Plata, Córdoba, y Bahía Blanca, se reportaron faltantes de combustible, y el desabastecimiento parece seguir extendiéndose.
La falta de combustible en un país como Argentina se puede explicar tomando en cuenta diversas brechas. Mientras la inflación acumulada hasta octubre ronda el 120%, los precios en las estaciones de servicio aumentaron solo 60%. Esto se debe al control de precios surgido del acuerdo entre la Secretaría de Energía con las empresas refinadoras (YPF, Shell, Axion y Puma Energy, entre otras). La situación es distinta en el mercado mayorista, donde las petroleras venden la nafta y el gasoil a los grandes consumidores, entre ellos: empresas transportistas y productores agrícolas. Si bien este mercado suele ser más económico que la venta en estaciones de servicio, como el mercado minorista tiene su precio intervenido debido al acuerdo con el Gobierno, las refinadoras trasladan el aumento de sus costos solo al mercado mayorista.
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A pesar de que no se trata de que se haya incrementado la demanda, como todos los consumidores buscan cargar combustible donde es más barato, la distorsión de precios creada a partir del acuerdo es lo que produciría el desabastecimiento en las estaciones de servicio.
Otra brecha que repercute en el abastecimiento de combustible es la brecha con el precio en el exterior. El precio actual del litro de nafta súper está en su valor más bajo en por lo menos los últimos 10 años. El promedio nacional cuesta 86 centavos de dólar ($300) al tipo de cambio oficial, a pesar de que su precio histórico siempre fue mayor a un dólar ($350). De hecho, en las ciudades cercanas a países vecinos hay más demanda de nafta y gasoil porque los ciudadanos extranjeros vienen a cargar sus autos al país, cruzando la frontera. De acuerdo a datos de la consultora Economía y Energía (E&E), cuando se compara el valor del litro de nafta con otros países de la región, se observa que en Paraguay cuesta US$0,93; Brasil, US$1,14; Uruguay, US$1,95; México, US$1,36; Chile, US$1,47,. Y en el caso del gasoil, en la Argentina cuesta US$1; en Paraguay, US$1,03; en Chile, US$1,13; Brasil, US$1,20, y en el caso de México, US$1,34.
Luego, existe el problema de la brecha cambiaria. Y es que en el segmento del gasoil los problemas aumentan: es cierto que Argentina es productora de petróleo y el mercado doméstico se abastece en su totalidad en las refinerías locales, pero el gasoil se debe importar entre el 15 y el 20 % del consumo.
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Mientras que el costo de importar un litro de gasoil es de US$1,98 a una cotización de $790 del contado con liquidación (CCL), en el mercado doméstico se vende a 36 centavos si se toma en cuenta el mismo tipo de cambio. Muchas empresas afirman que debido a las restricción para la compra de dólares, deben pagar las importaciones al CCL, cotización legal para el giro de divisas. Esto hace que las refinadoras importen lo mínimo posible para abastecer a sus operadoras con las que tienen contratos establecidos.
En relación al caso de Bahía Blanca, el empresario Luis Estivill señaló al medio local La Nueva que “la principal causa de esta falta de entrega de los combustibles es el precio, que se encuentra muy por debajo de lo que vale internacionalmente y las petroleras esperan a que haya una suba en los valores para que haya stock». El empresario sostuvo que es muy poco lo que se puede hacer desde su sector para solucionar esta situación ya que dependen “cien por ciento» de que las petroleras les entreguen el combustible. “Hoy por hoy están faltando todos los tipos, porque si bien hace un tiempo atrás era solamente el gasoil hoy se ve más agravado el tema de las naftas, más que nada porque el agro está parado por la sequía», comentó, y señaló que la falta de combustibles genera pérdidas muy grandes.
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