El crimen de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba estremeció a todos el año pasado. El hombre había sido visto por última vez el 18 de julio, pero sus amigos sabían que ese día iba a un campo de General Rodríguez, donde Maximiliano Pilepich, de 45 años, llevaba adelante un desarrollo inmobiliario. Horas más tarde, Algaba fue encontrado dentro de una valija, descuartizado.
Tras varios meses de investigación por el brutal asesinato, el fiscal del caso, Marcelo Domínguez, solicitó que Pilepich, Nahuel Vargas, Matías Gil, Flavia Bomrad, Horacio Córdoba, Fernando Carrizo, Luis Contreras y Blanca Cristaldo vayan al juicio como imputados.
Entre los ocho acusados, Vargas y Pilepich son los dos sospechosos más complicados en el caso. Ambos eran socios de la víctima y se los señala como autores del homicidio cuádruplemente calificado por concurso premeditado de dos o más personas, alevosía, codicia y uso de arma de fuego, en grado de coautores y partícipes secundarios y falso testimonio y encubrimiento agravado.
Los otros seis también están acusados por los mismos delitos, pero con diversos grados de incidencia en el hecho. El fiscal también pidió en su resolución que Alma Chamorro, la primera detenida que tuvo el caso, sea sobreseída.
La investigación por el asesinato de Pérez Algaba comenzó el 19 de julio de 2023, cuando la dueña de una casa que la víctima alquilaba denunció que no sabía nada de él desde hacía varios días. Los restos del cuerpo fueron hallados días después en un arroyo en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora. Desde ese momento comenzó una investigación que finalizó con ocho detenidos.
Primero se encontraron los dos brazos y las dos piernas del empresario en una bolsa negra en el interior de una valija roja. El 24 de julio del año pasado, cuando se realizaban tareas de drenaje en el arroyo, se halló el torso. Todas las partes tenían tatuajes y se detectaron dos impactos de bala en el torso. Por último, se encontró la cabeza, dentro de una mochila en el mismo arroyo.