El Presidente, Javier Milei y su hermana Karina, la Secretaria General de la Presidencia, oficiaron de anfitriones de un grupo compuesto por diputados de LLA, el MID, el PRO, partidos provinciales y hasta un radical, que se sumaron a su embestida contra una normativa que ponía en riesgo el déficit cero, según él.
Tras ser recibidos, los legisladores tuvieron que pasar por un posnet para pagar la cena y luego fueron trasladados hasta el quincho de Olivos donde fueron distribuidos en una mesa en «U».
A pocos metros de la entrada un grupo de jubilados realizaron una protesta e hicieron sentir el batir de sus cacerolas en rechazo a un encuentro al que consideraron una provocación.
El diputado bullrichista Damián Arabia, quien también estuvo presente, arribó a la reunión con una ensalada de papa y huevo porque le pareció «descortés caer con las manos vacías».
También estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, el asesor Santiago Caputo y el vocero presidencial Manuel Adorni.
Todos degustaron ensaladas y hubo empanadas, chorizos, morcillas, chinchulines, riñones, pollo y vacío, con agua, gaseosa y una copa de vino; de postre, se sirvió una mousse de chocolate. Ninguno de los asistentes pudo usar su celular durante la tertulia para evitar fotos indiscretas.
Sólo Milei dio un breve discurso, duró unos 4 minutos, en el que agradeció el compromiso de los diputados con una política basal del Gobierno como es la lucha contra el déficit fiscal para poder eliminar la inflación.
La UCR
Desde temprano la mirada estaba puesta en qué haría el grupo de cinco radicales que luego de fotografiarse con el Presidente en Casa Rosada, fueron clave en la votación final apoyando al oficialismo.
Sólo estuvo presente el tucumano Mariano Campero y en cambio se ausentaron Luis Picat, que se encontraba en Córdoba, Michel Tournier, que no es afiliado radical pero integra el bloque por haber asumido en una alianza con el gobernador correntino Gustavo Valdés, Pablo Cervi y Martín Arjol.
Cada comensal tuvo que hacerse cargo de su plato. El dinero debería ir a las arcas de la Secretaría General de la Presidencia deslizaron en Balcarce 50.