Hoy, 12 de junio, conmemoramos el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que busca concientizar y comprometer a la población en la lucha contra la explotación que sufren millones de niños y adolescentes en todo el planeta. Según la Universidad Católica Argentina (UCA), solo en nuestro país, aproximadamente 1,3 millones de menores de edad realizan trabajos intensos.
Autoridades internacionales definen el trabajo infantil como aquel que «priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico». A su vez, estiman que alrededor de 160 millones de niños y adolescentes, es decir, uno de cada diez, trabajan en todo el mundo.
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Aunque las causas de esta situación son variadas y dependen de la realidad de cada niño, el Ministerio de Educación argentino detalló que, obviamente, el factor económico es el más influyente junto a los problemas políticos, sociales y culturales. La desigualdad, el desempleo y la demanda de mano de obra son los desequilibrios más evidentes en el país, según la cartera. Para evitar esto, la ONU aseguró que se precisa de la aplicación de un marco jurídico sólido basado en las Normas Internacionales del Trabajo y el diálogo social, la provisión de acceso universal a una educación de buena calidad y a la protección social, así como medidas directas para aliviar la pobreza, la desigualdad y la inseguridad económica, y promover el trabajo decente para los trabajadores adultos
En el informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia perteneciente al segundo semestre de 2022, la UCA reveló la cruel cifra de trabajo infantil donde más de 1,3 millones de niños quedan expuestos a esa situación. Esto equivale al 15% de la población de entre 5 y 17 años, siendo un número verdaderamente preocupante.
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En el documento se destaca que el 6,9% realizan trabajos domésticos intensos, como limpiar, lavar, planchar, cocinar, hacer compras y cuidar a sus hermanos de manera habitual. Las niñas y adolescentes mujeres son las más afectadas por estas actividades. Además, 2 de cada 10 adolescentes realizan actividades económicas junto a un familiar o conocido, o trabajan por su cuenta para ganar dinero como empleados o aprendices.
Es importante destacar que el trabajo infantil está estrechamente relacionado con la deserción escolar. Según el informe de la UCA, en los últimos seis años, 4 de cada 10 niños y adolescentes que trabajaron tuvieron un déficit educativo.
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