En un marco de crisis generalizada en Argentina, diferentes obispos de la Iglesia Católica apuntaron contra la clase dirigente del país, alertaron por la situación de pobreza que hay hoy en Argentina e invitaron a la población a pedir “el don de la esperanza que nos sostiene en tiempos difíciles”.
También hicieron énfasis en el narcotráfico: “Avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial” comienza el comunicado oficial de la Conferencia Episcopal Argentina.
Por otro lado, también se refirieron a la crisis económica y la situación de los sectores más vulnerables del país.
«A muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos porque la jubilación no alcanza; cierran comedores comunitarios por falta de asistencia y muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida en el día; se ataca la vida inocente que no ha nacido, y, a la vez, la igualmente sagrada vida de millones de niños y niñas ya nacidos que se debaten entre la miseria y la marginación» continuaron.
De la misma forma, criticó al Gobierno de Javier Milei por el abordaje de las políticas sociales: «Asistimos a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos». En esa sintonía, pero yendo más allá del Gobierno, señaló la situación de «familias despojadas de su tierra natal en beneficio de intereses económicos; hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra, y que no pueden poner el hombro en la construcción de la Patria».
“Tiempos complejos, por momentos contradictorios, en los que conviven una esperanza y paciencia honda de nuestro pueblo, que habla de su grandeza de corazón, con una incertidumbre y una creciente vulnerabilidad de las personas» agregaron.
Sin embargo, el final del comunicado trata de alentar e incentivar a la población en pleno tiempo pascual, que es el más importante para el calendario católico. Citando a San Pablo, escribieron: “Sean alegres en la esperanza”.