En plena campaña electoral, y a días del primer debate presidencial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) criticó duramente las últimas medidas del gobierno nacional en materia económica, alegando que compromete la macroeconomía del país. Sin embargo, también fue crítico con la idea de dolarizar la economía de Javier Milei.
Las declaraciones tuvieron lugar en una conferencia de prensa que realizó la vocera del FMI, Julie Kozack desde Washington. “La situación económica de la Argentina sigue siendo muy difícil y compleja; la inflación es muy alta y sigue aumentando; los colchones de reservas son bajos y las condiciones sociales son frágiles”, afirmó Kozack.
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La vocera alegó que el paquete de políticas acordado en la última revisión tenían como meta preservar la estabilidad a través del fortalecimiento de las reservas, la promoción del ordenamiento fiscal e incluso la protección de los sectores más comprometidos de la sociedad. “La revisión del tipo de cambio junto con una política monetaria y fiscal restrictiva son componentes esenciales del programa”, puntualizó, al tiempo que declaraba que las políticas adoptadas aumentan las dificultades y que el FMI aún está evaluando su alcance.
“Estamos trabajando para entender mejor y evaluar estas medidas recientes y la necesidad de adoptar acciones compensatorias que puedan adoptarse para fortalecer la estabilidad y salvaguardar los objetivos del programa al tiempo que no se exacerben las vulnerabilidades”, aclaró. Sin dar pistas sobre cuándo será la próxima revisión (aunque se cree que será después de las elecciones), remarcó el interés del organismo en “seguir trabajando con la Argentina con un consenso tan amplio como sea posible para garantizar la estabilidad y la prosperidad del país”.
Kozack afirmó que, tras la última revisión en la que el FMI le giró el desembolso de USD USD 7.500 millones al FMI, el programa firmado por el gobierno de Alberto Fernández en 2022 se ha “descarrilado”, inclunpliendo las metas previstas, y que es necesaria una serie por el incumplimiento de las metas acordadas.
La tensión entre Argentina y el FMI debido a la deuda quedó manifiesta ante la necesidad de la nación de tener que recurrir al gobierno de Catar, a la CAF y al swap con China para poder pagar el vencimiento al organismo. El calendario de pagos contempla un pago el 6 de octubre por USD 1.280 millones, otro el 12 de octubre por USD 640 millones y el tercer pago por USD 673 millones el último día de octubre. Pero el Gobierno decidió paga los USD 2.600 millones, todos juntos, el último día de octubre, ocho días después de las elecciones, a las cuales el organismo también se refirió: “La dinámica electoral ha complicado la formulación de políticas y ha aumentado las incertidumbres. Los desvíos en las políticas reflejaron restricciones políticas y consideraciones electorales, incluido el hecho de que el ministro de Economía, Sergio Massa, también es candidato presidencial, y las incertidumbres políticas se sumaron a las tensiones más recientemente”, puntualizó la vocera del FMI.
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El informe del staff técnico detalló que el programa necesitaba un paquete de medidas tales como una tasa de interés positiva en términos reales, decisiones que refuercen la recaudación tributaria y una aceleración del recorte de subsidios a las tarifas de los servicios de electricidad.
Sin embargo, el manejo de la economía del candidato a presidente y ministro de área, Sergio Massa, no fue el único blanco de las críticas de Kozak. El plan de dolarización del candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, también fue muy cuestionado, señalando que la dolarización exige diversas condiciones que no pueden ser ignoradas para su correcto funcionamiento, y que adoptar la divisa estadounidense como moneda oficial no reemplaza las medidas fiscales y monetarias necesarias para el ordenamiento de la economía.
“La determinación del tipo de cambio es una prerrogativa del país. Cuando hablamos de esto con los países nuestra preocupación es que la política macroeconómica sea coherente con una transición ordenada entre tipos de cambio”, afirmó la vocera, y agregó que es importante “garantizar la viabilidad de largo plazo del sistema cambiario que se seleccione y en ese sentido la dolarización requiere pasos previos importantes y no es algo que no reemplace una política macroeconómica sólida”.