El Palacio de Versalles fue evacuado por segunda vez en el mes por amenaza de bomba. Ya había sido cerrado el sábado después de una amenaza similar, motivo por el cual Francia se encuentra con miedo a ataques terroristas. Y es que durante el sábado también fueron desalojados en París el Museo de Louvre (donde se encuentran valiosísimas piezas artísticas como la “Mona Lisa”).

Todo esto en un clima de mucha tensión, ya que el mundo observa con temor la escalada de violencia entre Israel y Palestina y se observan atentados en distintas partes del mundo que, se cree, podrían estar vinculados. El viernes, también en Francia, ocurrió un atentado yihadista en el que un terrorista ruso originario del Cáucaso asesinó con un arma blanca a un profesor e hirió a otras tres personas del centro. El Gobierno francés elevó entonces el dispositivo de seguridad, con el despliegue de 7.000 militares de la misión antiterrorista Centinela. También ayer, por la mañana, cuando se tenían que reanudar las clases tras el atentado, el mismo liceo Gambetta fue desalojado por otro aviso de bomba, pero los especialistas no encontraron ningún artefacto.

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También el viernes temprano, un hombre de origen checheno llamado Mohamed M. matase a puñaladas a un profesor del liceo Gambetta de la ciudad de Arras llamado Dominique Bernard (57), e hiriera gravemente a otros dos adultos en la misma ciudad de Arras.
De acuerdo con el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, no hay existe “ninguna amenaza concreta” de ataque, pero si hay “una atmósfera extremadamente negativa”.

La presidencia francesa informó este sábado que hasta 7.000 militares de la operación “Sentinelle” se desplegarán por el territorio francés para responder a la alerta terrorista. Desde 2012, los atentados yihadistas en Francia han matado a 272 personas y heridos a 1.200, sobre todo en 2015 y 2016.

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El caso de Francia no es el único en materia de atentados. Recientemente, en Bélgica, ocurrió otro atentado terrorista. Un hombre armado mató a tiros a dos suecos en Bruselas, a pocos metros del estadio Rey Balduino en el centro de la ciudad. Las autoridades debieron suspender un partido de fútbol entre Suecia y Bélgica y dejar a más de 35.000 asistentes al partido encerrados en el estadio mientras la capital entraba en su máximo nivel de alerta terrorista en búsqueda del asesino prófugo.