La Fraternidad, uno de los gremios más importantes del sector ferroviario, decidió llevar a cabo una medida de protesta el próximo jueves 30 de mayo. Si bien esta acción no constituirá un paro total, tendrá un impacto significativo en la operatividad de los trenes, ya que se reducirá la velocidad de circulación de los mismos a un máximo de 30 kilómetros por hora. Esta medida tiene como objetivo principal exigir mejoras salariales y condiciones laborales más favorables para los maquinistas y trabajadores ferroviarios.

El anuncio de la medida de fuerza se produce en un contexto de tensión laboral, donde La Fraternidad denuncia una falta de «recomposición» salarial acorde a la realidad inflacionaria del país. Según el comunicado oficial del sindicato, la inflación interanual ha alcanzado el 287%, mientras que el ajuste salarial obtenido en la última paritaria fue del 208%. Además, se señala que aún se adeudan los ajustes correspondientes a los meses de abril y mayo, lo que ha generado un profundo malestar entre los trabajadores del sector.

En caso de que esta medida preventiva no logre obtener una respuesta satisfactoria del Gobierno en forma de una contrapropuesta salarial, La Fraternidad ha anunciado la posibilidad de llevar a cabo un paro total el próximo 4 de junio. Esta decisión refleja la determinación del gremio de defender los derechos laborales de sus afiliados y buscar soluciones concretas a sus demandas.

Además de las cuestiones salariales, La Fraternidad también expresó su preocupación por la falta de inversión en infraestructura ferroviaria. Este reclamo adquiere mayor relevancia después del incidente ocurrido hace dos semanas en la Línea San Martín, donde una falla de señalización provocó un choque entre trenes que dejó al menos 90 heridos. Este incidente ha puesto de manifiesto la precariedad del sistema ferroviario y la necesidad urgente de realizar inversiones para garantizar la seguridad de los trabajadores y pasajeros.