Los datos surgen del exRenar y de ONGs que trabajan sobre el mercado ilegal. Calculan que hay unos cuatro millones de armas en manos de civiles en todo el país. El 10% de los argentinos estaría armado. De ese número, sólo poco más del 30% está registrada. Como parte del Plan de Desarme desde el 2007 se entregaron apenas 174.902. 

Es un debate con picos cíclicos de atención: la tenencia de armas. Ahora es el caso del médico Lino Villar Cataldo, que mató a tiros a Ricardo Krabler, de 24 años, cuando éste intentaba robarle el auto en Loma Hermosa. Villar Cataldo fue excarcelado, pero sigue imputado por «homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego». Y la escalada de opiniones llegó hasta la boca de la diva Susana Giménez.

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En marzo, la noticia había sido Silvio Martinero, que para defenderse de un robo, empezó a los disparos en el microcentro y mató a Daniel De Negri Rodao que justo pasaba por ahí. Las armas están ahí: en cajones, en roperos, escondidas quién sabe dónde, pero están y son muchas, aunque por lo general sólo nos enteremos de ellas cuando se disparan.

En Argentina hay 1.295.740 armas registradas, según informaron a #BORDER desde la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ex Renar, aunque están todavía en transición). Además, en la Agencia, donde se registran las armas, se realiza el trámite para ser legítimo usuario. Una persona autorizada a portar armas puede tener más de una. Los datos más recientes dicen que en el país hay 806.539 personas con autorización. Ahora bien, aunque no hay datos oficiales, sí hay organizaciones que trabajan en el tema para tratar de ver qué ocurre con las armas que no están “declaradas”. El número que arrojan esas investigaciones es bastante mayor. En la Red Argentina para el Desarme calculan que hay unos cuatro millones de armas en manos de civiles en todo el país. El 10% de la población.

La credencial de Legítimo Usuario de Armas de Fuego es obligatoria para cualquier actividad vinculada con armas. Hay varias categorías: tenencia, transporte, uso, portación, comercialización. Piden apto psicofísico, ingresos comprobables y lícitos, y quien tenga la “legítima tenencia de diez o más armas de fuego deberá acreditar medidas de seguridad suficientes a fin de resguardar adecuadamente su tenencia domiciliar”.

Adrián Marcenac es el padre de Alfredo, el chico que murió en 2006 al recibir en plena avenida Cabildo al 1700 los tiros de un desconocido llamado Martín Ríos, que a partir de ese momento fue llamado “El tirador de Belgrano”. Diez años después, en julio pasado, Ríos fue absuelto y declarado “inimputable” por lo que seguirá donde pasó todo este tiempo: internado en un neuropsiquiátrico con supervisión judicial. Ríos tenía un arma legal. Con esa arma legal aquel día de 2009 había empezado a los tiros en Belgrano y así fue como mató a Alfredo e hirió a unas seis personas. Adrián Marcenac, el padre de Alfredo, forma parte hoy de la Red Argentina para el Desarme y es como miembro de esa organización que aporta datos como este: calculan que en Argentina hay unos cuatro millones de armas en manos de civiles. Como no existen datos oficiales que permitan un estudio profundo para aplicar políticas que intenten afrontar el problema de las armas en el país, tuvieron que proveerse de información de fuentes privadas, de datos de la policía, y de demás datos de investigaciones. Además, se basaron en una cifra que proporciona la Encuesta Permanente de Hogares que dice que el 10 % de los encuestados tiene un arma en su casa; es decir: cuatro millones de personas.

Mercenac es rotundo: “Legales o ilegales, las armas generan muerte. Lo que hay que estudiar es por qué cada vez con más frecuencia los conflictos sociales se resuelven a través de ellas. Sin esa información, es difícil generar políticas públicas”. Se refiere así a la posible creencia de que las armas registradas son inofensivas.

Ocho personas mueren cada día en Argentina por el uso de armas de fuego. El dato es de la investigación “Estadísticas Vitales», publicado en diciembre de 2015, realizado por el Ministerio de Salud de la Nación en 2014, año en el que, en total, murieron 2981 personas a causa del uso de armas de fuego (el 30 % de esas muertes fueron por “causas indeterminadas”). Mercenac derriba la idea de que ese número proviene por asaltos. En realidad, en general son por situaciones de violencia de género, por discusiones en la calle, por enfrentamientos entre bandas, indica.

Alejandra Otamendi es investigadora del Instituto Gino Germani y dice: “Las políticas de control de armas y desarme deben orientarse tanto a reducir la oferta de armas como su demanda. Por eso se deben controlar las distintas fuentes de armas tanto legales como ilegales, ya que todas comienzan siendo legales, pero luego pueden pasar al mercado negro. Así, se debe controlar la fabricación y comercialización (fábricas y armerías), su importación y exportación, pero también los arsenales de las fuerzas de seguridad públicas y privadas y las armas decomisadas en los diferentes delitos que están en posesión de la justicia y de la policía. Además, son parte del problema las armas que son robadas en los hogares y que pasan a engrosar el mercado clandestino”.

Tanto Otamendi como Mercenac ponen en relevancia la necesidad de concientizar a la sociedad sobre los riesgos del uso de armas y sobre la necesidad de aplicar políticas públicas adecuadas.El plan de desarme impulsado oficialmente desde 2007 apenas logró sacar de circulación 174.902 armas. Además, Mercenac reafirma la urgencia por la reglamentación de la Ley 27192 que dio pie a la transformación el Registro Nacional de Armas en la Agencia Nacional de Materiales Controlados: “Los 180 días para su reglamentación vencieron en mayo”, dice, y vuelve “Si apuntamos a un sistema armado, los muertos van a ser más. Hay que hacer el camino contrario a las armas”.

La tenencia civil de armas es un problema histórico en Estados Unidos, donde la discusión siempre culmina en la dicotomía entre el derecho constitucional a armarse, recordado y defendido por el feroz lobby de la NRA, Asociación Nacional del Rifle, y la sucesión de tragedias y matanzas masivas que se repiten en ese país, entre ellas, el récord de muertes registradas por un tirador en un boliche gay de Orlando, este año. Estados Unidos lidera los ránkings internacionales en cantidad de armas civiles, totales y en proporción cada cien habitantes y también en importación de armas, de acuerdo a datos de gunpolicy.org, un programa de investigación de la Universidad de Sidney basado en cifras oficiales y auspiciado por la Oficina de Asuntos de Desarme de la ONU. En esa estadística, Argentina ocupa el puesto 19° en el mundo en mayor cantidad de armas legales e ilegales en manos de civiles y el 64° en la tasa que calcula el porcentaje de armas cada cien habitantes. El ratio argentino asciende a 8,8, sobre una base de 3,6 millones de armas calculadas por la universidad australiana en 2007.