El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) presentó el informe integrado de los estudios de la autopsia realizada el 25 de agosto, en el marco de la causa que investiga el juzgado Federal nº2 de Bahía Blanca, a cargo de la doctora María Gabriela Marrón.
De acuerdo con los resultados del trabajo, los restos hallados el día 15 de agosto de 2020, en la zona del canal denominado “Cola de Ballena”, en las inmediaciones del área conocida como “Villarino Viejo”, pertenecen a Facundo Astudillo Castro, según el proceso de identificación que combinó el análisis antropológico forense, médico forense, odontológico forense y genético forense.
Según arroja el informe, Facundo murió producto de una «asfixia por sumersión (ahogamiento)«. «La sumersión (mecanismo asfíctico) es la causa de muerte por obstrucción de la vía aérea por el ingreso de líquidos durante el proceso de respiración bajo el agua, generando el ahogamiento (asfixia mecánica)», agrega el texto difundido este jueves por el juzgado federal.
Al mismo tiempo, el comunicado indica que «se trató de una muerte violenta, por no ser natural«, a pesar de que «el avanzado estado de esqueletización del cadáver limitó las posibilidades de conocer el modo de la muerte, no pudiendo la ciencia forense determinar con rigor científico si se trató de uno u otro modo de muerte violenta: suicida, homicida o accidental«.
Por otra parte, el estudio arrojó que «los restos óseos estudiados no presentaban lesiones vitales, de origen traumático, ni otras antemortem«, y que «todas las lesiones y pérdida de algunas piezas dentales que presentaban los restos estudiados son postmortem, producto de depredadores y exposición medioambiental».
Finamente, el informe indica que «el cuerpo hallado en este ambiente habría estado sujeto -además de a la acción de animales carnívoros- a la fluctuación de agua por las mareas, la presencia de invertebrados (cangrejos) y aves, entre otros. Esta dinámica posiblemente generó el movimiento del cuerpo y la pérdida de las prendas de vestir», concluye.