Por Fernando Sommantico
Roland Garros, el abierto de Francia, es el torneo de tenis más prestigioso del planeta en polvo de ladrillo, y una vez más arrojó múltiples sorpresas. Por ejemplo la rápida despedida de 2 potenciales candidatos, Stanislav Wawrinca por el lado masculino y Serena Williams por el femenino.
Lo de Serena tuvo mas repercusión porque su derrota fue ante la joven tenista Garbiñe Muguruza de 20 años y ubicada en el puesto 35 del ranking mundial. A través de ella, podríamos pensar las relaciones entre los países centrales y los periféricos. En efecto, en distintos medios de comunicación se la identifica como la tenista española. Sin embargo, nació y vivió en Venezuela hasta los 6 años. Su papa es español y madre venezolana. Emigraron a España, donde Garbiñe se formo tenísticamente. Sus primeros éxitos en el año 2012 generaron que las federaciones de tenis de española y Venezuela fijaran en ella su mirada. Ambas quieren que las representante en la Fed Cup, el torneo equivalente a la Copa Davis masculina. Garbiñe reitera una y otra vez que le cuesta definirse entre su “padre” y su “madre” A favor de España juega la tradición, la visibilidad y la competitividad. Por el lado de Venezuela, la cercanía con los afectos familiares y la chance de ser la líder indiscutida del equipo. Evidentemente hay una tensión entre la utilidad y el corazón. Aquí podemos pensar la relación centro periferia.
En general, las economías de Latinoamérica se caracterizan por sus rasgos extractivos; es decir, de aquí se extraen materias primas que se exportan y luego se importan ya industrializadas. En el caso de Garbiñe puede darse la situación inversa, porque si decide jugar para Venezuela el deporte de este país se apropiaría de la inversión que hizo España en la formación de la jugadora. De todas formas, irónicamente todo parece indicar que el dinero será el elemento que dirima la disyuntiva. Por estos días, el presidente de la Federación Venezolana de Tenis, Luis Contreras, está haciendo un gran esfuerzo para que el gobierno apoye a Murguruza, como lo hizo con el piloto de fórmula 1 Pastor Maldonado, a través de la poderosa empresa estatal de petróleo PDVSA, precisamente porque el tenis venezolano tendría un gran repunte y ella se convertiría en una referente del deporte nacional; sobre todo, porque los expertos pronostican que en breve puede convertirse en una top ten. España, en este caso, pasaría por una situación similar a la de Lionel Messi, formado en la mítica Masía del Barcelona, pero disfrutado por los argentinos. Garbiñe, por su lado, pasaría por una situación similar a la del general José de San Martín, un patriota por estas tierras y una decepción para los españoles.
Moraleja: a veces la virtud política puede vencer las crudas relaciones económicas. La llave, al fin de cuentas, está en manos de la jugadora que prometió una decisión para fin de año, ya que planea participar en los juegos olímpicos.