Sigue creciendo el escándalo del espionaje a políticos, jueces, periodistas y famosos por parte del ex policía Ariel Zanchetta: ahora se descubrió que entre los documentos del agente inorgánico de la AFI había información sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman, un caso no resuelto que conmocionó y sigue conmocionando al pueblo argentino.
Sucede que los nombres de los espías a los que supuestamente reportaba Zanchetta en la AFI coinciden con los que fueron interrogados por el fiscal Eduardo Taiano, quien investiga la muerte de Nisman, como protagonistas de inusuales llamadas telefónicas realizadas el fin de semana en que se produjo la muerte del fiscal. Hasta el momento se analizaron solo una computadora y un celular, pero todavía falta analizar otros 15 dispositivos.
En el allanamiento a Fabián “Conu” Rodríguez, vocero de La Cámpora, expresidente de Télam y actual directivo de la AFIP, le fue secuestrada una Notebook en su despacho, y diecinueve pendrives, trece notebooks, nueve teléfonos celulares y otros dispositivos en su casa. Todo esto será analizado y podría arrojar más pistas sobre otras tareas realizadas por este espía para el funcionario camporista, a quien reportaba.
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Otro de los nexos entre la causa por la muerte de Nisman y la computadora de Zanchetta es la ex fiscal Viviana Fein. La misma fue quien investigó el hallazgo del cuerpo del fiscal en un departamento del complejo de torres Le Parc de Puerto Madero. En la computadora se encontró un chat de Telegram de Zanchetta con una cuenta identificada como “Deleted Account”, donde este usuario le solicita revisar unas “fichas” si están disponibles, y una de esas fichas refiere a Fein. Las otras dos al fallecido juez Norberto Oyarbide y al juez federal de Esquel Sebastián Otranto, que investigó la muerte de Santiago Maldonado. Otro punto en común con la investigación del fiscal Taiano es la vigilancia sobre la ex fiscal: Taiano tiene evidencias de que agentes de la AFI estaban controlando la fiscalía de Fein.
Dos exagentes de la AFI declararon bajo juramento que lo hacían cuando investigaba la muerte de Nisman con el fin de averiguar quiénes entraban o salían del edificio, con el fin de saber si se presentaría el exjefe de contrainteligencia Antonio “Jaime” Stiuso, con quien, desde 2013, la ahora vicepresidenta Cristina Kirchner estaba enfrentada. Estos dos agentes que declararon ante Taiano formaban parte del grupo de la AFI que respondía a otro jefe de espionaje local, Fernando Pocino, quien estaba estaba enfrentado con Stiuso.
Stiuso había colaborado con Nisman en la investigación del atentado contra la AMIA, pero se distanció de la política de inteligencia de Cristina Kirchner desde 2013 y decidió dejar el país luego de la muerte del fiscal. Regresó a la Argentina en febrero de 2016.
Para Taiano, una de las pistas importantes a seguir es que la muerte del entonces fiscal de la causa AMIA podría llegar a estar relacionada con una guerra de servicios de inteligencia. Sobre esto, Taiano detectó que un grupo de agentes que respondían a Pocino realizaron cruces de llamadas telefónicas el fin de semana de la muerte de Nisman, antes de que se diera la noticia de su muerte. Entre ellos se encuentra Pocino y Diego Raitano, su ex chofer y secretario y hombre de confianza; y quien era el nexo entre Pocino y Zanchetta.
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En el currículum que está en su computadora, Zanchetta da cuenta de sus habilidades como espía, sus vínculos con otros policías que trabajan para la AFI y menciona a Raitano, Pocino y a César Milani, extitular del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner: “Desde mediados del 2010 se armó un equipo de tareas que se integraba con subcrio Ariel Difilippo; Pereyra, Joaquín; Raitano, Diego; por parte de Pocino y Milani, Gerardo [SIC]”.
El fiscal Gerardo Pollicita compartió esos documentos sobre la muerte del fiscal Nisman con su colega Taiano. Los funcionarios de ambas fiscalías trabajarán en el análisis de esa documentación para concluir si esta arroja pistas nuevas en la causa de la muerte del fiscal, y mientras tanto Taiana continua tomando declaraciones a espías para determinar si conocían algo sobre el caso en cuestión.
Hasta el momento presentaron su declaración los dos principales responsables de la AFI en la época en que Zanchetta oficiaba de agente inorgánico: Héctor Icazuriaga y Francisco Larcher, jefes de la inteligencia entre 2003 y 2014, hasta que fueron echados por Cristina Kirchner. Ambos declararon, bajo juramento ante el fiscal, que los agentes inorgánicos no existían en la AFI.
Según Zanchetta él es un agente inorgánico, aunque al parecer existiría en la agencia de inteligencia un legajo con su nombre. En su computadora hay decenas de mails donde recibe pedidos de tres agentes. Los nombres de estos fueron preservados en el dictamen del fiscal Pollicita, donde le piden que haga inteligencia sobre diferentes “blancos” y le solicitan informes patrimoniales, o que descubra “especialmente todo lo malo que hizo en su vida”. Incluso, en uno de los mails, le indican que les haga “pelo y barba” a sus “blancos”.
Zanchetta le ofreció información a Rodolfo Tailhade, diputado kirchnerista y exintegrante de la AFI, y a Fabián “Conu” Rodríguez, vocero de La Cámpora y funcionario de la AFIP. Hay una conversación de 2022, donde Zanchetta le remitió al usuario “Rodolfo Tailhade Diputado” un archivo denominado “INFORME HISTÓRICO CAUSAS CARRIO” y un “… link donde está completo el chat de jueces y fiscales” que viajaron a Lago Escondido. Según lo que le dijo Zanchetta, esta información se la había pasado el jefe de inteligencia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria de Bariloche, lugar en el que aterrizó el avión privado donde iban los jueces y fiscales.
En septiembre de 2022, “Conu” Rodríguez le pidió a Zanchetta información sobre la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz: sus propiedades y su casona en el country Grand Bell. Por esas tareas, Zanchetta cobró pauta de la provincia de Buenos Aires, gestionada por el camporista Rodríguez.
Entre los contactos de Zanchetta figuran policías, periodistas (entre ellos, Gustavo Sylvestre y uno identificado como “periodista Tomás”), y funcionarios de la AFIP.
Con información de La Nación
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