«Hay que poner fin al anonimato del donante de esperma u óvulos»

Por: Luciana Mantero

Wendy Kramer creó junto a su hijo Ryan, nacido a partir de la donación de espermatozoides, un registro mundial que conecta en el mundo a miles de personas nacidas con gametos donados con sus donantes y con sus medio-hermanos genéticos: el Donnor Sibling Registry. De visita en Argentina conversó con #BORDER sobre su militancia y la decisión de acompañar a su hijo.

 

Wendy Kramer se casó con un hombre que no podía tener hijos y, entonces, aceptó que un donante anónimo les donara su esperma. Unos meses después, cuando estaba a punto de dar a luz, se separó y al poco tiempo nació Ryan, quien hoy tiene 26 años.

El logo de DSR.
El logo de DSR.

Desde que tenía dos años Wendy le contó a su hijo la verdad sobre su origen. El gran dilema empezó cuando Ryan empezó a insistir con que quería conocer a su donante, al hombre gracias al cual él había llegado al mundo. En Estados Unidos las donaciones de gametos -óvulos y espermatozoides-, es anónima y el anonimato está protegido por todos los estamentos del Estado y la Justicia (En Argentina, en cambio, un artículo del código civil -el 564- abre la rendija para que, con la autorización de un juez y por razón fundada, después de los 18 las personas puedan acceder a la identidad de sus donantes. Aunque hasta ahora no hay jurisprudencia).

Tras fracasar en sus pedidos al banco de esperma, en 2000, decidieron usar la web y crearon el Donnor Sibling Registry (DSR), un registro que conecta en Internet a personas nacidas con donación de gametas con sus donantes y con otros hijos nacidos con el mismo ADN. The Donor Sibling Registry, una ONG que tiene hoy 62 mil miembros de 105 países, ha conectado a miles de personas.

Mapa de donantes e hijos concebidos por donación registrados en la ONG.
Mapa de donantes e hijos concebidos por donación registrados en la ONG.

 

Entre ellos, a Ryan y a su donante, cuando el primero tenía 16. Desde entonces Wendy Kramer promueve, junto a su hijo, el fin del anonimato. Llegó a Argentina invitada para el evento anual de la ONG Concebir, que cumplió 20 años, y conversó con #BORDER.

Ryan y Wendy Kramer.
Ryan y Wendy Kramer.

¿Cuándo decidió contarle a Ryan sobre la forma en la que había sido concebido?

-Ryan tenía dos años cuando regresó de preescolar preguntando, ¿Murió mi padre o qué? Fue en ese momento que tuve una conversación muy simple con él sobre el esperma y el óvulo. Le conté que una persona me había ayudado a ser mamá, a que él llegara a este mundo. Desde entonces siempre fue algo muy normal para él, sin el peso del secreto, un aspecto más de su persona.

¿Cómo se sintió cuando Ryan le dijo que quería conocer a su donante? ¿Tuvo algún miedo de perderlo, celos?

Los padres seguros no se preocupan por la curiosidad de sus hijos. Ryan y yo siempre hemos tenido una relación muy fuerte. No hay nadie ni nada que hubiera podido sacudir esa estabilidad. Era el sueño de Ryan conocer a su otro padre biológico, así que se convirtió en mi sueño también. Yo habría hecho cualquier cosa para ayudarlo, ya que para él se trataba de encontrar parte de su propia identidad, y saber acerca de sus antecedentes médicos y su ascendencia.

¿Existen organizaciones mundiales de pacientes de fertilidad e hijos nacidos gracias a estas técnicas?

-Somos la única organización mundial que promueve los derechos de todas las partes interesadas: los padres, los donantes y los niños donante-concebidos.

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Kramer, creadora de una red que une donantes con sus hijos genéticos.

¿Cuáles son sus metas?

-Para empezar, creemos que hay que poner fin al anonimato del donante. Muchas clínicas y agencias de donación de óvulos ya están adhiriendo al DSR, luego del acuerdo de todas las partes, lo están incluyendo en sus contratos, para que los padres y el donante estén conectados desde el embarazo o el parto. Los bancos de esperma pueden hacer lo mismo. Los 18 años, la edad en la que en algunos países las personas nacidas por donación puede pedir legalmente conocer la identidad de sus donantes, es una edad arbitraria. Muchos desean y necesitan conectarse mucho antes de esa edad. También pedimos un seguimiento de todos los destinatarios, donantes y nacimientos, y salvaguardar todos los registros en un banco de datos central por tiempo indefinido. Información para ser accesible por todas las familias involucradas. Poner un límite en el número de nacimientos concebidos con el esperma u óvulos de cualquier donante dado. Exigir a los donantes que actualicen regularmente su historial médico familiar. Información médica y secuenciación completa del genoma que debe incluirse en el banco de datos de los donantes. Presionar a nuestros respectivos gobiernos para que investiguen las historias clínicas de los donantes de óvulos. Apoyo psicológico obligatorio para todas las partes. Los bancos de esperma y las clínicas deben educar adecuadamente a los donantes sobre su protección legal y financiera, para que se sientan seguros de donar.

¿Hay quienes dicen que terminando con el anonimato se le está dando un lugar de padre al donante, que no le corresponde?

Padre es quien te cría, que es distinto al concepto de padre genético. Si uno se pregunta cuál es el mejor interés del niño por nacer, la respuesta nunca es: «donantes anónimos». Eso no significa darles un lugar de padres sino que terminen de conocer la verdad sobre su identidad. El mejor interés de ese niño por nacer no es mantenerlos deliberadamente lejos de su padre genético o de sus medio0hermanos genéticos. Los donantes anónimos son alejados por temor o ignorancia.

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Hijo y madre Kramer.

¿No cree que si se termina con el anonimato las personas podrían dejar de donar?

Hay países que terminaron con la donación anónima y se mantuvo la cantidad de donantes. En Inglaterra por ejemplo, cuando empezaron en 2004 hubo una caída, pero después se recuperó y ahora es mayor la cantidad de donantes de lo que era inicialmente. Hay muchos otros países en el mundo donde esto funciona. Pero además pienso que incluso si esto fuera así, tal vez serían las consecuencias que tendríamos que asumir para generar un mundo más justo. No hay suficientes donantes de corazón, o donantes de hígado. Y esto es así.  Tener suficientes donantes no es una razón para hacer un negocio sin responsabilidad ni ética.

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