El gremio de profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires anunció que si se les restituye el impuesto a las ganancias y se eliminan las exenciones, las guardias en los hospitales bonaerenses quedarán desiertas.

Pablo Maciel, presidente del gremio, explicó la preocupación del sector tras la reciente reforma fiscal que reincorpora a cerca de un millón de trabajadores al régimen de ganancias. En el ámbito de la salud, la reforma suprime las exenciones que habían conseguido los trabajadores para evitar que las horas extras y las guardias fueran gravadas con este impuesto.

«Estamos ante un retroceso que deja al sistema de salud en una situación de mayor vulnerabilidad. Los profesionales no estarán dispuestos a trabajar más horas y ganar menos, lo que inevitablemente afectará el acceso de la población a servicios de salud de calidad”, sostuvo el líder sindical.

El conflicto también se extiende al interior de la provincia, donde las guardias médicas, antes exentas de ganancias, eran cruciales para la atención en momentos críticos. Esta modificación legislativa podría llevar a una reducción significativa en la disponibilidad de servicios médicos de emergencia, con consecuencias graves para miles de pacientes en el oeste del Conurbano y más allá.

En este sentido, Maciel resaltó: “como lo venimos advirtiendo, nadie estará dispuesto a trabajar más y ganar menos, por lo que serán más frecuentes los servicios de emergencia con planteles incompletos, lo que terminará quebrantando el derecho al acceso a la salud de la población”.

Ante este panorama, Estela Giménez, de la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS), indicó: “Será preferible para muchos profesionales no hacer guardias extras antes que pagar ganancias. Esto podría dejar vacías las guardias en los hospitales”.

El impacto de estas medidas fiscales en la salud pública es inminente. A medida que los debates continúan en Tribunales y en los pasillos políticos, la comunidad médica se prepara para enfrentar un escenario donde el equilibrio entre trabajo, remuneración y calidad de atención está en juego como nunca antes.