El Parque Nacional Los Alerces se encuentra en medio de una batalla contra un incendio despiadado, que arrasó con casi 1900 hectáreas, principalmente de especies nativas. La situación crítica, agravada por vientos intensos y altas temperaturas, desencadenó una respuesta extraordinaria con más de 200 brigadistas que forman parte del plantel del organismo nacional, enfrentando las llamas.

Este voraz incendio, que comenzó el pasado jueves, obligó a la división estratégica del área afectada en seis sectores. Equipados con herramientas de mano y equipos de agua, los brigadistas se sumergen entre las llamas – más de doce horas diarias- y en condiciones climáticas extremas, contando con el apoyo de tres helicópteros y dos aviones hidrantes.

En este contexto, los gobiernos de Río Negro y Córdoba enviaron refuerzos para hacer frente a esta emergencia. Alberto Weretilneck, gobernador de Río Negro, puso a disposición recursos y brigadistas del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales, mientras que Córdoba contribuye con 46 brigadistas del Plan Provincial.

Eduardo Pérez, subsecretario de Protección Civil y Gestión del Riesgo del Chubut, destacó la necesidad de lluvias para reducir la intensidad del fuego: «sería de gran ayuda que llueva para que el incendio, que está muy activo, pueda disminuir en su intensidad, porque la experiencia marca que, si la naturaleza no actúa, es muy difícil superar un incendio de estas características”, sostuvo.

En tanto que, el jefe de incendios del Parque Nacional, Mario Cárdenas, consideró que el incendio está «fuera de control» y señaló que la prioridad es proteger las áreas donde existen viviendas y poblaciones.

En medio de este escenario, la respuesta gubernamental está en evaluación, dejando en manos de los brigadistas la difícil tarea de contener la tragedia ambiental en Los Alerces. La magnitud del incendio y la movilización de recursos de otras provincias plantean preguntas sobre la capacidad del país para enfrentar emergencias de esta magnitud.