La lluvia no da tregua, en pocos días cayeron 300 milímetros de agua y miles de familias tuvieron que ser evacuadas: en total hubo 20 mil afectados y tres personas murieron. Esta vez las zonas más afectadas fueron Salto, San Antonio de Areco, Mercedes, Luján y Arrecifes. Pero el escenario no es nuevo, todos los años se repite la misma situación. ¿Por qué nos inundamos? ¿Se debe a la falta de obras públicas o a niveles de lluvia extremos? ¿Quién es responsable?

Los techos se convirtieron en el único refugio posible. En San Antonio de Areco un hombre y sus hijos miran desde arriba el desastre que provocó la lluvia. Mientras el cielo sigue nublado y la tormenta amenaza con volver, el agua corre por las calles como un río rabioso. Entra a las casas y destruye muebles, deshace papeles, arrasa con todo lo que encuentra en el camino. En Luján es la peor inundación de los últimos 25 años: el agua sube 5 centímetros por hora y alcanzó los 5,33 metros de altura. La Basílica está rodeada de agua, parece una postal de Venecia o del fin del mundo. En las calles aledañas, los vecinos intentan salvar lo que pueden en botes y los perros mojados se amontonan en los escalones más altos de una casa antigua.

La situación del conurbano bonaerense es crítica. En medio de un año electoral clave, los políticos se tiran la pelota y lanzan promesas al aire mientras los inundados subsisten en centros de evacuados y casas de familiares sin saber qué les deparará el destino ahora que perdieron todo. Aníbal Fernández aseguró que los problemas se deben a “niveles de lluvias impensados para la época” y dijo que el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y el secretario general de la Presidencia, Eduardo «Wado» De Pedro, encabezarán un operativo en las localidades más afectadas. «Se vienen haciendo muchas obras, y hay otras que vamos a tener resueltas antes de fin de año», agregó y adelantó también que, en caso de ser elegido gobernador, implementará “un plan maestro de cuencas”. Por su parte, Mauricio Macri puso a disposición los equipos de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires y criticó al Estado por no estar presente. «Estamos coordinando la ayuda a nivel intendentes, porque son ellos los que se quejan de cierta ausencia de la provincia», dijo.

El gobierno de Daniel Scioli invirtió $79 millones para sanear 27 kilómetros del río Luján, en las zonas que abarcan la ruta 8 en los partidos de Pilar y Luján. Y tiene prevista una segunda fase de obras en Exaltación de la Cruz y Campana, donde planea invertir $72 millones. En total las obras para prevenir inundaciones en la zona suman alrededor de $170 millones. Si bien la cifra puede parecer un número importante, los opositores aseguran que es poco y los hechos demuestran que no alcanza.

El diputado Juan Carlos Juárez (FAP) dijo que las obras hídricas “requieren una inversión mínima de $300 millones”. El problema es la falta de políticas y de planificación a largo plazo. El mismo Scioli admitió que “hubo una proliferación sin precedentes de barrios cerrados”, que impiden el escurrimiento del agua porque están construídos sobre humedales y tienen canales que hacen cambiar el curso de las aguas del río Luján.

En 2013, luego de la inundación que causó 89 muertos en La Plata y donde hubo más de 74 mil familias afectadas, se decretó la emergencia hídrica y el gobierno bonaerense aprobó la realización del plan de Obras Hidráulicas Estructurales para La Plata, Berisso y Ensenada. Para llevar adelante el proyecto se consiguió un préstamo de $1.973 millones del gobierno nacional y 32 millones de dólares del Fondo Financiero para el Desarrollo de los Países de la Cuenca del Plata (Fonplata). Sin embargo, nada parece ser suficiente y cada vez que llueve un poco más de lo calculado, la provincia desborda. A medida que pasan los años, el problema de las inundaciones es cada vez más grave, en parte por los efectos del cambio climático y en parte porque sigue sin haber un plan integral que funcione. “El agua expone la falta de inversión, de mantenimiento y la ausencia de un plan hidráulico complejo. En 20 años el Conurbano podría convertirse en un gran delta”, dijo el ingeniero Romanazzi, director del Departamento de Hidráulica de la Universidad de La Plata.

Aunque no se puede negar la influencia del efecto del cambio climático -que supera las resposabilidades de los políticos de turno-, lo cierto es que las catástrofes que provocan las lluvias sí podrían prevenirse. Pero para eso se necesita inversión que no esté destinada a tapar baches y contener de manera superficial, sino que apunte a un cambio estructural, que incluya políticas de planificación urbana responsables, además de las obras hidráulicas.

Mientras el pronóstico no es nada alentador, los ciudadanos tenemos el deber de exigirles a nuestros representantes que se hagan cargo de la situación. Que en vez de querer tapar el agua con excusas y ocultamientos (como hizo el intendente de Areco, Francisco Duradoña, que les pidió a los vecinos que no subieran fotos de las inundaciones), se esfuercen en ayudar a los afectados y revertir el problema de fondo.

Cómo colaborar

Agua potable, colchones, pañales, ropa, productos de limpiezas, remerdios y alimentos no perecederos. Todo suma y es necesario. Si querés sumar tu granito de arena y ayudar a los inundados podés hacerlo ahora mismo. Coordiná el retiro de donaciones llamando a:  4786-1374, 15-6753-3429 y 0230-4440753. O acercarte a estos puntos:

Fundación Sí : estará recibiendo donaciones en Carranza 1962 entre las 10 y las 19 horas. 

El club Racing también tiene tres lugares de recepción de donaciones:

El estadio Presidente Perón, de lunes a viernes de 10 a 16.30. La sede Avellaneda (Mitre 934, Avellaneda), lunes a viernes de 10 a 18 y sábados de 9.30 a 13. Y la sede Capital (Nogoyá 3061, CABA), lunes a viernes de 9 a 20 y sábados de 9.30 a 17.

Red Solidaria lanzó la campaña con el hashtag #Noestánsolos. Las donaciones se reciben en las sedes de los clubes River,Boca y Lanús.