Los sectores del peronismo cercanos al gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, realizarán un acto en Mar del Plata el próximo 8 de febrero.
La consigna es darle mayor centralidad a Kicillof, que su liderazgo crezca desde la provincia de Buenos Aires y que rompa las barreras bonaerenses para disputar el mano a mano nacional con el presidente Javier Milei.
En plena temporada de verano y con una disputa abierta, y cada vez más profunda, con La Cámpora, el kicillofismo trabaja en los detalles de un nuevo acto para respaldar la conducción política del gobernador bonaerense y disputar un lugar de privilegio dentro del armado nacional del peronismo.
En el acto, que probablemente esté encabezado por el propio Kicillof (aún no está definida su presencia), el Gobernador tratará de mostrar músculo político. Será una señal de presencia, consistencia e insistencia sobre un plan de acción. La intención de fondo es que lidere el proceso electoral bonaerense y que lo haga corrido de la sombra de Cristina Kirchner.
A fines de la semana pasada hubo una reunión en Villa Gesell para avanzar con los preparativos. Ayer hubo otro encuentro en la gobernación para seguir puliendo detalles. Hay una vocación de hacer pie en el interior de la provincia y visibilizar la figura de Kicillof como la del referente del peronismo.
En el interior del armado político hay un respaldo absoluto a la conducción del economista, pero, sobre todo, está firme la decisión de sostenerlo frente a una embestida del cristinismo, que saben que llegará si decide desdoblar las elecciones y discutir a fondo el armado de listas y la estrategia electoral.
Más allá de las convicciones de cambio, en el esquema bonaerense empezó a expandirse la ansiedad. Segundas y terceras líneas de la estructura política empiezan a ver que los días pasan rápido y las cabezas del proyecto político – especialmente Kicillof – deben definir cómo bajar la propuesta en los municipios y cómo articular con la dirigencia de base.