La enfermera Brenda Agüero, acusada de envenenar a cinco bebés recién nacidos con potasio en el Hospital Neonatal de Córdoba, e intentar matar a otros ocho, declaró esta mañana en la segunda jornada del juicio en su contra y aseguró que “es inocente”.
“Hoy no podría volver a tocar a un niño”, dijo, y aseguró que fue agredida dentro de la cárcel por la mediatización del caso. “Las muertes de los bebés existieron, de eso no hay duda, pero no puede ser que me sigan bombardeando a mí como la culpable de todo eso”, dijo, puntualizando que lo ocurrido “convirtió el sueño de su vida en una pesadilla”.
“No podría volver a hacer lo que tanto quería y por lo que tanto luché. Hice de todo por entrar a un área que hoy no podría trabajar. No puedo creer que el lugar por el que tanto luché para entrar, el lugar que tanto amaba me arruinó la vida”, dijo Agüero, puntualizando que se demostró que se le hizo “daño” diciendo cosas que “no eran ciertas”. “Salieron a decir un montón de cosas que no eran ciertas. Salieron a decir que era paciente psiquiátrica. Me hicieron ocho pericias, en ninguna de esas salió nada de lo que decían», dijo.
Luego, Agüero culpó a los medios por la construcción de la imagen que se hizo en su contra y remarcó que jamás le haría daño a nadie. “No entiendo cómo una persona sana que nunca tuvo problemas que de pronto salga a matar. Los periodistas inventaron esa imagen, gracias a eso yo me veo en ese contexto, eso tiene que quedar en claro”, dijo, asegurando: “Nunca jamás le hice daño a nadie y mucho menos a un niño, de hecho siempre luché por ingresar a un lugar donde pudiera atender a esos pacientes, a Neonatología”.
Luego explicó por qué aceptó declarar hoy, aunque sin responder preguntas específicas del caso y del expediente. “Dije que voy a declarar, pero como dijo mi abogado, yo tengo el expediente de manera virtual y me lo entregaron hace pocos días pero quiero hacerlo”, dijo.
Según el diario La Voz del Interior, el abogado querellante, Carlos Nayi, tomó la palabra e indagó en datos personales sobre su profesión y las tareas que realizaba, revelando que Agüero está estudiando abogacía dentro de la cárcel porque, según explicó ella: “es la posibilidad que tengo para defenderme, me dieron de todos lados, me atacaron de todos lados, voy a buscar herramientas para defenderme”.
Contó además que dentro de la cárcel hace artesanías y asiste a una Iglesia Católica que hay dentro del Servicio Penitenciario.
Agüero está acusada de intoxicar con potasio e insulina a los recién nacidos para, según la acusación, sobresalir en su trabajo por encima de sus compañeros. De los 13 bebes, a los unicos dos que les
practicaron autopsias les encontraron altos niveles de ambas sustancias en los exámenes toxicológicos, con aplicaciones exógenas e inoculaciones erráticas, según consta en la investigación que tuvo a cargo el fiscal Raúl Garzón,la cual descarta que lasmuertes hayan sido accidentales.
El abogado de Agüero, Gustavo Nievas, dijo que su clienta «va a salir sobreseída» dentro de unos meses porque “no hay pruebas directas ni indirectas contra ella”, sino que solo “indicios y un montón de pruebas inventadas”. El abogado aseguró que las muertes de los bebés en el Hospital Neonatal en Córdoba fueron por afecciones de las propias mamás y sostuvo que no es verdad que “tenían sífilis” y que no le “va a permitir” que “estigmatice a ninguna madre”.
La abogada querellante Daniela Morales Leanza le respondió en entrevista con Radio Rivadavia: “Nosotros tenemos prueba y base sólida que va a demostrar la responsabilidad criminal de la principal sospechosa, de Brenda Agüero. No es verdad que no hay pruebas, que es un perejil, ni que es un caso político o de una infección hospitalaria, sino ¿cómo se explican los pinchazos?”.
Leanza explicó que una de los recién nacidos presentó un pinchazo en la espalda y que inmediatamente sufrió una necrosis: “Tenía el doble del potasio, 11,5 cuando el valor normal era 5. Ningún tipo de medicación se coloca en la espalda de un bebé, jamás”, dijo, y aseguró que ninguna de lasmadresde los bebes tiene antecedentes de problemas en su salud.
“La gran culpable es Agüero, pero también hay otros acusados en este juicio que tuvieron conocimiento y ocultaron todo”, dijo la querellante, quien también cuestiono los dichos de Nievas al afirmar que esta causa se armó para ocultar que el gobierno provincial no desinfectó el hospital.
“¿Un gobierno va a mandar a pinchar o va a preferir plantear un asesinato serial dentro de un hospital público antes de lo más fácil que es realizar una desinfección? Estamos hablando de síntomas de bradicardia propio de la sintomatología que provoca el potasio o un shock hipoglucémico propio cuando se le coloca a una persona sana una dosis de insulina”.
“No hay antecedentes en historia criminal, por lo menos de Argentina y en Latinoamérica, de una personalidad con estas características. Generalmente uno está acostumbrado a verlo en películas de Netflix o en otras partes del mundo”, enfatizó Lenaza.
Sobre Agüero, la abogada argumentó: “Tiene una necesidad exacerbada de un reconocimiento, de destacar. Este era uno de los indicios en los que se basa la acusación, en la que ella era la única y la primera persona en detectar estos casos”. Y agregó: “Era quien alertaba a los médicos para que atiendan a un bebé cuando todavía no presentaban los casos, de estar muy encima. Esa necesidad narcisista de sentirse salvadora”.