Volver al colegio es más caro que nunca. El Gobierno armó una canasta escolar de 35 útiles a $394: un 258% más cara que la del año pasado, que ofrecía 54 productos a $110. La inflación es imposible de disimular y los especuladores aprovechan la oportunidad y remarcan aún más. ¿Cómo armar la mochila de la escuela sin vaciar la billetera? ¿Se cumple realmente el programa de Precios Cuidados? ¿Cambió el consumo en relación a otros años? ¿Quién se beneficia con los aumentos?
Es difícil encontrar los precios prometidos en las vidrieras. Mochilas a $400, lápices de colores a $25, cuadernos a $20 y carpetas a $35, son las ofertas que –a simple vista- tienen los comercios. Pero, con paciencia, y en muchos casos apartados de las góndolas centrales, se encuentran los productos de la canasta escolar del Gobierno. O al menos, la mayoría. Lo más difícil de conseguir son las mochilas de $90; los guardapolvos no se quedan atrás, el precio máximo establecido es de $73 pero suelen rondar los $100. Jorge, encargado de una librería de Villa Pueyrredón, cuenta: “La canasta escolar de $394 está disponible. El problema es que hay muchos productos que son de mala calidad y termina siendo más rentable gastar un poco más y comprar algo que dure, muchos clientes eligen esa opción. Hay marcas que subieron los precios a niveles ridículos. La gente no es tonta y pregunta, cuando hay un producto que está muy caro no lo compra”.
El consumo cambió con la inflación: si antes se compraban repuestos y algún artículo extra, como lapiceras con brillitos o sellos de Disney, ahora sucede que se gasta lo justo y necesario. “Para no perder a los clientes e incentivar a los papás a que compren, ofrecemos un descuento del 10% si nos traen la lista de útiles. Son estrategias que uno inventa para adaptarse y que el negocio siga siendo rentable”, cuenta un comerciante de Coghlan. Las técnicas de ahorro por parte de los padres no se quedan atrás. Para obtener descuentos se organizan y compran los útiles juntos. “Armamos una cadena y vamos a una librería a comprar materiales para todos los chicos de la clase, así nos cobran más barato por cantidad. Uno hace malabares, sino es muy difícil”, cuenta Merdeces. Muchos reciclan lo que se salvó del año pasado y completan la lista de útiles en bazares chinos, donde, aseguran, se consiguen precios incluso mejores que los que ofrece el Gobierno.
Frente a esta realidad, los grandes medios de comunicación plantean dos escenarios incompatibles. Los alineados con el Gobierno reconocen la inflación pero hacen hincapié en que el aumento se compensa con la asignación por ayuda escolar, que subirá de $170 a $510 (un 410%) y que beneficiará a más de 3 millones de chicos en edad escolar. Mientras, los opositores plantean que los productos de los Precios Cuidados están fuera de stock y que los aumentos por fuera de la Canasta oficial son desorbitantes
A pocos días del comienzo del ciclo lectivo, la discusión está caliente y los consumidores resuelven sobre la marcha y se las arreglan para completar la lista de útiles. Sin embargo, la mayor incógnita está en el futuro. ¿Qué pasará cuando dentro de dos o tres meses haya que reponer lápices y comprar nuevos cuadernos? ¿Podrán las paritarias hacer frente a los aumentos que ya vemos en las góndolas? ¿Será capaz el Gobierno de sostener la oferta de Precios Cuidados? En definitiva: ¿Se encuentra el Gobierno debilitado ante el poder de los grupos especuladores que se benefician con la inflación?
