La mamá de Fernando Báez Sosa, Graciela Sosa, habló sobre la muerte de su hijo a casi cinco años del ataque en la salida de un boliche en Villa Gesell que le costó la vida en 2020.

“Para nosotros el tiempo se detuvo. Vivimos de los recuerdos de Fernando, de tantas cosas lindas y hermosas compartidas con él. A pesar de que pasaron ya cinco años, para nosotros todo sigue igual. Para mí, la vida se acabó para siempre porque toda esa fuerza, toda esa alegría que tenía con Fer, ya no la voy a tener nunca más”, manifestó la madre al joven de 18 años asesinado a golpes por un grupo de ochos rugbiers el 18 de enero en 2020.

Graciela habla con el canal de televisión TN en nombre de su pareja, Silvino Báez, el papá de Fernando, que era su hijo único.

“Tratamos de ayudarnos con Silvino en lo que podemos, porque él también pasa y sufre lo mismo que yo. Soñábamos siempre que un día Fernando se iba a recibir de abogado y era este año. Yo como madre siempre pensé que iba a llegar ese momento, pero no se pudo concretar porque se aparecieron en su camino y le arrebataron la vida. Todo quedó trunco. Yo lo considero mi gran abogado que está siempre a mi lado. A veces pienso en lo orgullosos que nos sentíamos cuando él terminó la secundaria y pienso ahora que este año se recibía de abogado y que íbamos a vivir un día de tanta alegría, con tantas emociones que jamás llegarán”, contó Graciela Sosa.

Los padres de Fernando esperan que pronto la condena a los ocho rugbiers queden firmes, y no creen en el arrepentimiento que expresan.

«Cuando me enteré que los asesinos de mi hijo buscaban estrategias para salir en libertad, me sentí indiferente porque tengo unos buenos abogados que están siempre a mi lado, como es el doctor Fernando Burlando con todo su equipo. También considero que pueden sentir arrepentimiento, cosa que no me importa, que no me llega, porque me parece que es una estrategia, habiendo tantas pruebas en contra de cómo planearon todo para asesinar a Fernando”, sostuvo la mujer.

“Ellos no tuvieron piedad con mi hijo. Recuerdo cuando estaba en el juicio, y escuchaba todas esas palabras que dijeron de cómo discriminaban a Fer por su color de piel y que ya estando en el suelo todos le seguían dando patadas. Yo siento lo mismo, no les tengo compasión, solo deseo que paguen lo que hicieron”, agregó.

“Eso de decir que no lo quisieron hacer, es una estrategia. Sabían lo que hacían, no eran menores, eran personas mayores que fueron con todo para asesinarlo. Festejaron y gozaron de haber asesinado a un inocente”, enfatizó.