Días atrás, el viaje de Javier Milei a Israel, programado para el 23 de marzo, sufrió un giro inesperado. Según el diario Jerusalem Post, la visita fue suspendida debido a “acontecimientos internos en Argentina”.
Milei tenía como objetivo reunirse con altos funcionarios israelíes y dar un discurso en la Knesset, además de firmar un memorándum de colaboración por la Libertad, la Democracia, el combate al Terrorismo y el Antisemitismo entre ambos países.
El presidente argentino también tenía previsto recibir el premio Génesis, conocido como el ‘Premio Nobel judío’, en reconocimiento a su firme apoyo a Israel en momentos difíciles para el país. Sin embargo, la Casa Rosada aún no ha confirmado oficialmente la suspensión del viaje.
Esta cancelación se suma a la reciente decisión de Milei de suspender su viaje a España, citando la “delicada situación política” en Argentina tras la marcha de jubilados en el Congreso y un temporal que afectó a Bahía Blanca.
La crítica hacia Javier Milei por su falta de experiencia en política exterior se hace presente. Su dificultad para conseguir una audiencia con Donald Trump en la Casa Blanca, limitándose a encuentros en eventos sociales, ha llevado a la percepción de que Milei es visto más como un personaje colorido que como un jugador significativo en el ámbito geopolítico.
Esto refuerza la idea de que el canciller Gerardo Werthein, aunque competente en relaciones públicas, no cumple con el perfil de un diplomático en el contexto actual. La situación en Israel se torna cada vez más crítica, y la prensa especializada refleja el drama.
Según el diario Haaretz, “la democracia israelí está ahora en grave peligro”, subrayando que la Corte Suprema no puede manejar la situación por sí sola. La responsabilidad recae en los ciudadanos israelíes para decidir si permitirán la toma de poder de Netanyahu o actuarán para contrarrestarla.