Leandro Santoro, candidato a legislador porteño por la lista "Es Ahora Buenos Aires", ha captado la atención no solo por su propuesta política, sino también por su notable crecimiento patrimonial en los últimos diez años. Desde su ingreso al servicio público en 2012 en la Auditoria General de la Nación, Santoro acumuló un patrimonio que, según sus declaraciones juradas, ha pasado de $280.000 pesos a casi 38 millones en 2023. Este incremento del 13,288% ha generado tanto admiración como cuestionamientos sobre la transparencia de sus finanzas.
La trayectoria de Santoro en el ámbito político comenzó en la Auditoría General de la Nación y continuó en la Legislatura porteña. A lo largo de su carrera, fue parte de diversas instituciones, lo que le permitió acumular experiencia y, aparentemente, un considerable patrimonio. Sin embargo, el crecimiento de su riqueza plantea interrogantes sobre cómo un funcionario público puede multiplicar su patrimonio de manera tan significativa mientras trabaja para el Estado.
Lo que declaró
En sus declaraciones juradas, Santoro declaró poseer propiedades, incluyendo un departamento en Almagro de 230 metros cuadrados, adquirido en 2022 por un valor de 17 millones de pesos, que muchos consideran “polémico”. La discrepancia entre el precio declarado y el valor de mercado de la propiedad llevó a especulaciones sobre la veracidad de sus informes financieros.
Un dato que hace crecer las sospechas es que ante ARCA, el candidato peronista está inscripto en el rubro de “asesorías inmobiliarias”. Además, su capacidad para ahorrar y comprar dólares en un contexto donde muchos ciudadanos enfrentan dificultades económicas suscitó críticas y desconfianza.
El ahorro de Leandro Santoro
En 2015, Santoro declaró que tenía 60 mil pesos en dólares, al valor de ese momento eran 6.500 dólares. En 2017 llegó a 22.000 dólares. En 2018 subió a 31.000. Ya en 2019 escaló a 44 mil y finalmente en 2022 terminó con 46 mil billetes verdes. Es decir, en 10 años de trabajo en el Estado pasó de tener 6.500 dólares a 46 mil.
A pesar de su cercanía con figuras del kirchnerismo, como Alberto Fernández y Cristina Kirchner, Santoro se presenta como un candidato radical que busca conectar con una amplia gama de votantes. Sin embargo, su relación con el poder y su ascenso patrimonial han llevado a algunos a cuestionar si su éxito es un reflejo de su capacidad política o de un sistema que favorece a unos pocos.
La situación de Santoro es un recordatorio de las complejidades del sistema político argentino, donde la transparencia y la ética son temas recurrentes en el debate público. A medida que se acercan las elecciones, los votantes se enfrentan a la difícil tarea de discernir entre la retórica política y la realidad de las finanzas de sus candidatos. La historia de Leandro Santoro es un ejemplo de cómo el servicio público puede entrelazarse con el crecimiento personal, pero también plantea la pregunta: ¿es este el modelo que queremos para nuestra política?