Luego de que el gobierno decidiera derivar a los pacientes del Hospital Bonaparte otras instituciones y reducir los servicios en función de su baja ocupación en línea con el plan de ajuste, se contrató un servicio de catering por $3.242.000 para las “11° Jornadas de Salud Mental” que se realizarán los días 24 y 25 de octubre de 2024.
Según informó la agencia Noticias Argentinas, el pliego de la licitación detalla que durante los dos días del evento se ofrecerán coffee breaks en varios espacios del hospital. La lista de productos incluye;
– 2.000 vasos de café de filtro.
– 1.500 medialunas (1.000 de manteca y 500 de grasa).
– 1.000 sobres de frutos secos (compuestos por pasas de uva, maní, nueces, almendras y castañas de cajú).
– 1.000 unidades de frutas variadas, entre otros insumos.
Además, para la ejecución de este servicio, se contrataron cuatro camareros por día. Los costos del catering, adjudicados a la empresa Sergio Alejandro Duran SRL, ascienden a $3.242.000.
Entre las seis empresas que se presentaron a la licitación para el servicio de catering, destaca el nombre de Señal de Ajuste SRL. Dicha empresa había sido beneficiada tiempo atrás con una contratación millonaria en la Junta de Seguridad en el Transporte, pero su oferta fue desestimada en esta ocasión por registrar deudas con la AFIP, de acuerdo a la información que se desprende de la Comisión Evaluadora de Ofertas.
El contrato fue adjudicado a Sergio Alejandro Duran SRL, quien presentó la oferta más baja.
En pleno conflicto por el ajuste que se lleva a cabo en el Bonaparte, los trabajadores continuarán con sus protestas,reclamando mayores fondos para la salud mental.
El conflicto
El pasado 7 de octubre el Ministerio de Salud de la Nación anunció el inicio de un plan de reestructuración del Hospital Bonaparte, bajo el argumento de que el centro de salud opera muy por debajo de su capacidad. Según los datos proporcionados, el hospital recibe un presupuesto anual de $17.000 millones, pero atiende un promedio de sólo 19 pacientes internados por día. En esa línea, se tomó la decisión de derivar pacientes a otras instituciones para optimizar los recursos y garantizar la continuidad de los tratamientos.
Empleados del hospital repudiaron la reducción de servicios y denunciaron un posible “desmantelamiento” del centro.
