Tras la liberación de los rugbiers franceses acusados por abuso sexual, Hugo Aurdou (21) y Oscar Jegou (21), la periodista que los había denunciado presentó ante la Justicia una carta en la que dice que le sacaron “las ganas de vivir”.
La denunciante no se presentó a una audiencia clave para terminar los informes psicológicos y psiquiátricos. En lugar de asistir, presentó un escrito en el que habla de “apriete psicológico” y que la “mataron en vida”.
Días atrás, según le confirmó su abogada Natacha Romano, la denunciante intentó quitarse la vida. Por su parte, la defensa de los jugadores del seleccionado de Rugby de Francia pidió ante el fiscal Darío Nora el sobreseimiento de los imputados.
En la carta que presentó la denunciante, se expresó: “Por creer en la Justicia me animé a denunciar, pero hoy sufro un apriete psicológico que jamás imaginé, me sacaron las ganas de vivir. Si hoy yo paso a otro plano espiritual, deseo que Cornejo, Guille, Chaler (fiscal del caso), Nora (fiscal del caso), Cúneo Libarona (abogado de los rugbiers) pueden dormir tranquilos, mirando a la cara a sus esposas, hijas y nietas”.
En esa línea, continúa: “Me arruinaron la vida. Manejando a la prensa despiadadamente con una condena social en mi contra. Gracias Ministerio Público Fiscal. Gracias, me mataron en vida”.
La querella insiste con que el abuso fue real, que la mujer se dio cuenta de que había sido una violación cuando llegó a su casa y advirtió los golpes, y que durante la conversación con su amiga no había tomado dimensión de los hechos.
Por otro lado, los fiscales a cargo de la investigación, Darío Nora y Daniela Chaler, señalaron que, para dejar en libertad a los acusados, tuvieron en cuenta que los estudios sobre su estructura psíquica dieron “favorables”, que no presentaron “trastornos en la faz sexual” y tampoco mostraron “impulsividad”.
Los dos rugbiers estuvieron detenidos con prisión domiciliaria y tobillera electrónica, y tuvieron que radicarse en una casa de Mendoza, donde están acompañados por sus familiares. A mediados de agosto, la fiscalía decidió que ambos sigan imputados, pero les otorgaron la libertad.
En el dictamen de la justicia, los funcionarios explicaron que “hubo contradicciones en cuanto a la mecánica del hecho y a la existencia del consentimiento”.
En esa línea, explicaron que deben seguir investigándose los hechos, pero sostienen que en las pruebas obtenidas hasta el momento “no hay méritos para una prisión preventiva”.
Entre otras cosas, mencionaban “el motivo o la intención perseguida por la propia denunciante al acceder a ir al hotel, y una vez en el mismo la dinámica exteriorizada en forma previa al ingreso a la habitación”, y “la secuencia témporo-fáctica de los abusos sexuales denunciados”.
Además, consideraron que “la conducta observada por la denunciante al momento de salir de la habitación y hacer abandono del hotel” y “el tono jocoso que caracteriza el inicio de la conversación con su amiga en horas de la tarde del día de los hechos denunciados”.
En uno de los audios que se hicieron públicos, se pudo saber lo que le dijo la mujer a su amiga. “Tremendo el pendejito. Un chabón re enamoradizo, tremendo el morocho, hermoso, unos ojos…”.
A esto sumaban las dudas sobre las lesiones físicas, la denunciante describió haber sido “golpeada, estrangulada y mordida” por los imputados. Sin embargo, la evaluación médica forense presentó resultados que no coincidían con la gravedad de las agresiones descritas.