Por Paloma Fabrykant
He escrito tantas notas sobra las Artes Marciales Mixtas, su historia, su reglamento, los prejuicios que las rodean, que estuve tentada de refritar para este blog algún artículo viejo. Pero el enfoque que me pidió Maria Julia me pareció tan sincero y frontal, que me dieron ganas escribir.
“ ¿Por qué esta disciplina NO consiste en agarrarse a piñas?” Dispara ella. “Y pa´ que te digo que no si sí” contestaría el personaje de Chespirito.
El MMA consiste, efectivamente, en agarrase a piñas; así como el fútbol consiste en correr detrás de una pelota, el sexo en el acoplo de genitales y un libro en una pila de papel manchado de tinta. Pero todas estas cosas despiertan pasiones incontrolables, porque para quien las entiende, un libro, un partido, una pelea, contienen un millón de sutilezas que exceden esa visión simplista, maniquea, y las convierten en hechos complejos, o incluso artísticos.
Así como un encuentro amoroso no comienza cuando los amantes se quitan la ropa, una pelea de MMA no empieza cuando suena la primera campana. Mucho antes, los protagonistas se piensan, se estudian, se preparan, sacrifican horas de su vida, pierden salidas, reuniones familiares, hacen regímenes híper estrictos, trazan estrategias y planes tácticos, calculan hasta el último detalle para que esa noche sea perfecta.
Pero retrocedamos un poco. ¿Qué son las artes marciales mixtas? Un deporte donde se permiten todas las técnicas de todas las artes marciales y deportes de combate, enmarcadas en un reglamento que protege la integridad física de los atletas a la vez que garantiza el entretenimiento del público. El MMA es como un ajedrez: cada movimiento descubre un espacio. Cada acción invita a una reacción. Un cross de boxeo puede continuarse con un lance de judo; una patada de taekwondo puede transformarse en una llave de rodilla. En MMA no vale todo, pero vale mucho, por eso es la forma más real de probar la efectividad de cualquier arte, para quien no considera decoroso pelear en la calle.
El objetivo de las artes marciales es la elevación espiritual del practicante. A través del esfuerzo, la disciplina, el sacrificio, se forja el carácter, se vencen las debilidades, se busca trascender el ego y transformarse en una persona mejor. Pero muchas veces, las propias políticas de las escuelas tradicionales -por lo general basadas en códigos de honor del antiguo oriente- traban el desarrollo de los atletas actuales que, para evolucionar, necesitan probarse en condiciones más reales. Un karateka que solo pelea contra karatekas, ¿cómo sabe si su arte funciona contra un boxeador, un luchador, un jiujitero?
De éstas inquietudes surgieron los primeros desafíos de “vale todo”. Y de la adaptación de estos desafíos a una sociedad donde todo debe ser regulado y rentable, surgen las Mixtas como deporte y espectáculo. Hoy, en el mundo, el MMA mueve millones de dólares, los campeones son celebridades y como pasa con todo, el mercado engulló parte de la mística. El MMA actual está lleno de luces, pantallas gigantes y papel picado. Pero también se ha desarrollando en el aspecto técnico hasta alcanzar niveles superlativos. Cada posición del cuerpo, el ángulo de cada articulación, el movimiento de cada miembro, tienen una razón. De pie o en el piso, todo está estudiado, infinitesimalmente analizado y en constante evolución. Se siguen descubriendo técnicas, sistemas de entrenamiento, estilos y variantes para cada acción.
Así como quien no conoce ningún instrumento musical, escucha una orquesta y sólo oye ruido, quien no conoce ningún sistema de combate, mira MMA y sólo ve un nudo humano de piñas y forcejeos. Pero quien se zambulle en este mundo encuentra un universo tan complejo, tan nutrido en detalles y delicadezas, que ningún buen sommelier debería dejar de disfrutarlo.